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Artículos
Sin padrinos.
Por Roberto A. Solera*
Sub-Director La Nueva Cuba
NOCTURNO.
José Asunción Silva
(1865 - 1896)
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
a la luna pálida,
y el chirrido
de las ranas...
Sentí frío...
Era el frío del sepulcro, era el hielo de la muerte,
era el frío de la nada.
Y mi sombra,
por los rayos de la luna proyectada,
iba sola,
iba sola,...
¡Oh, las sombras enlazadas!
¡Oh, las sombras de los cuerpos que se juntan con las sombras de las
almas!
¡Oh, las sombras que se buscan en las noches de tristezas y de lágrimas...!
El mundo es un lugar injusto. No sólo en Cuba importa a quién conoces y
quién te conoce. No hay una tabla rasa para medir las oportunidades que
se tendrán en la vida, sin importar cómo se haya uno desenvuelto, si ha
sido "bueno o malo", según los patrones vigentes.
Tu suerte final no tendrá relación alguna con tus actos, sino tus
relaciones te ayudarán, o perjudicarán ¡hasta...en la cárcel!.
En estos días navideños se habla hasta saciarse de los "75" presos, y se
olvidan a los múltiples cubanos en prisión, en muchos casos por períodos
indefinidos y también a muchos que han sufrido en su carne las
vejaciones, los maltratos, las torturas fisicas, morales y mentales...¡y
hasta la violación sexual en prisión!
A ellos no los entrevistan los periodistas extranjeros de la televisión,
de la radio de EU o de España. Son los olvidados que sufren doblemente y
con mayor intensidad el olvido, que los mata lentamente, que les hace
dudar de la justicia divina, pues de la humana no quieren oír ni hablar.
Julito es uno de ellos. Violado, olvidado, sin "abogado" que lo defienda,
ni siquiera un "abogado del Diablo" que aunque sea mencione su nombre,
divulgue su caso, lo consuele con la esperanza de que el olvido será
pasajero, que habrá un mañana en su futuro, que todo acabará como en una
pesadilla en noche aterradora.
Muchos se preguntarán, ¿y Dios dónde está que no me ayuda, que no me da
consuelo?
Y los años pasan como si fueran segundos y uno tras otro, como un
rosario suman, suman, suman, sólo sufrimientos y desconsuelos. Y se
ponen viejos, enloquecen, quisieran la muerte les hiciera una visita
para acabar con su propio sufrir y el de sus seres queridos,
desamparados, exhaustos de tanto luchar y no ver el éxito al doblar de
la esquina. Y mientras, otros más afortunados --o con padrinos-- salen
de prisión, los llevan a sus casas los esbirros que los encerraron, los
llaman desde el extranjero para narrar su odisea, que ni siquiera fue
tal vez tal, mientras los olvidados siguen en el olvido, sujetos a la
arbitrariedad de carceleros que se ensañan en ellos y en su familia.
Julito es uno de ellos --ya llegó a su primera decena de años en prisión
--o fueron veinte, ¿o hace un siglo que estoy aqui?, se pregunta.
Dante les vendrá a la memoria. Verán al cancerbero guardando la salida
del Infierno y llorarán, visible o invisiblemente, con la desesperación
de los olvidados por todos. ¿La ha sentido Ud. alguna vez? Es como un
frío en el alma, una impotencia ante la injusticia, y a nadie le importa.
Y nadie pregunta, ni siquiera por quién doblan las campanas, pero uno
sabe doblan por uno.
Y recuerdan las palabras que vieron al entrar al Infierno de Dante, no
hay retorno y han llegado al lugar del eterno sufrimiento.
"Julio -Julito-- César Morales González cumplió el 23 de octubre pasado
34 años, y también por esa fecha cumplió 11 años de encarcelamiento
injusto, torturas físicas y mentales.
Sus carceleros ordenaron a presos comunes que le violaran y consumada la
monstruosidad le dejaron tirado en un camastro por tres días. Tras 11
años de encarcelamiento este preso político necesita de todo cubano. Es
imperativo movilizar a la opinión pública internacional para salvar la
vida de Julio César y obtener su inmediata liberación", narró Iliana
Curra en una desgarradora historia no hace mucho.
Pero nada pasa, sólo el tiempo, que lentamente prolonga la agonía de un
"olvidado" sin padrinos de la Unión Europea, ni de ninguna organización
de las llamadas de Derechos Humanos.
¡Oh, qué solos se quedan los muertos...!! Y Julito es un muerto en vida!.
*Roberto A. Solera, escritor cubano y periodista es Director de la
Sección de Artículos del primer periódico cubano independiente en la
Internet, La Nueva Cuba. Es autor de Cuba: Viaje al Pasado y editor y
coautor de Cuba en el Recuerdo, de Alberto de Castro Gillespie.
Además ex editor de mesa en El Nuevo Herald y ex traductor de Newsweek
al español, con e-mail nellsol.yahoo.com. Es Sub-Director de La Nueva
Cuba.
Fuente:
La Nueva Cuba
Diciembre 7, 2004
Cortesía: Roberto A. Solera
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