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Carlos Lage y Pérez Roque aceptan sus errores y renuncian a la vida política.

Nota: El MCUD considera estas destituciones y cambios un ajuste de cuentas entre mafiosos y delincuentes comunes... la dictadura se prolonga y los derechos humanos continúan violándose.


En
"cartas idénticas" los destituidos profesan fidelidad a los hermanos Castro y a la revolución. Ambos firman dimisiones a sus cargos en el PCC, el Parlamento y el Consejo de Estado


En imagen de diciembre de 2007, el presidente cubano, Raúl Castro (extremo derecho), el ex vicepresidente Carlos Lage (al centro), y el ex ministro del Exterior, Felipe Pérez Roque. Foto Reuters

La Habana, 5 de marzo. Después que fueron destituidos del gobierno Carlos Lage y Felipe Pérez Roque renunciaron a sus cargos en el Partido Comunista de Cuba (PCC), el Parlamento y el Consejo de Estado, de acuerdo con sendas cartas en las cuales ambos aceptaron sus errores y sellaron así su salida de la vida política.

La caída de Lage, de 57 años, elimina en el primer círculo del poder a la figura más conocida y experimentada entre los menores de 60, y por ahora carga el peso de la sucesión en los mandos en la generación que estaba activa en 1959.

Los originales de las cartas, dirigidas al presidente Raúl Castro y con las firmas autógrafas, fueron publicados el jueves en la prensa, en páginas interiores, sin comentarios ni encabezados. Sin embargo, aún se desconocía públicamente cuáles fueron esos errores, cómo se produjo la reacción oficial y si se trata de un mismo caso o de dos distintos.

La difusión de ambos textos es el tercer capítulo de un episodio que empezó el lunes con la remoción de diez altos funcionarios del gabinete y siguió el martes con un artículo de Fidel Castro, en el que acusó a Lage y Pérez Roque de haber alentado ambiciones y de ejercer un papel indigno que llenó de ilusiones a Estados Unidos.

Las cartas son del 3 de marzo, el mismo día del artículo de Fidel. Los textos hablan de una reunión del Buró Político del PCC a la que ambos afectados asistieron y de la que no precisan la fecha, pero que debió ocurrir antes de que sesionara el Consejo de Estado, en la mañana del 2 de marzo.

Lage era miembro del Comité Central y del Buró Político del PCC, diputado y vicepresidente del Consejo de Estado. Además, era parte del grupo de siete dirigentes creado por Raúl como máxima instancia de decisión. El lunes había sido depuesto como secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros (CECM, gabinete compacto).

Pérez Roque, de 44 años, era diputado, integrante del Comité Central y del Consejo de Estado. Fue destituido como ministro de Relaciones Exteriores.

Textos gemelos

Las cartas son dos textos gemelos, de tres párrafos cada uno: en el primero ambos renuncian a los cargos que les quedaban; en el segundo asumen su responsabilidad y en el tercero profesan fidelidad a los hermanos Castro, al PCC y a la revolución.

Lage se dirige al compañero Raúl y habla de su disposición a servir en su nuevo puesto de trabajo. Pérez Roque le llama al destinatario querido Raúl. Lage llama justo y profundo el análisis que hizo el Buró Político de los dos casos y que ambos afectados acatan.

Junto a Raúl, Pérez Roque estuvo en el aeropuerto para recibir a Hugo Chávez el 21 de febrero, pero ya no fue a la despedida, al día siguiente. Su última actividad oficial fue una reunión con el canciller palestino Riad N. A. Malki, el pasado viernes por la tarde.

Antes interlocutor habitual de Chávez, Lage no apareció durante la última visita del líder venezolano. Había encabezado una reunión de autoridades regionales a finales de enero, tras lo cual no se supo más de él. La designación de tres vicepresidentes del gobierno, el 19 de febrero, fue explicada como una redistribución de funciones en el CECM.

En la celebración del cincuentenario de la revolución, el primero de enero, Raúl había hecho un discurso de tono críptico y sombrío. El presidente dijo entonces que el sistema político cubano aún está en riesgo de derrumbe y las futuras generaciones de dirigentes pudieran terminar siendo impotentes ante los peligros externos e internos.

Raúl sugirió que no estaba garantizada la forma de impedir ese derrumbe, y aconsejó a los líderes del futuro que no se reblandezcan con los cantos de sirena del enemigo y tengan conciencia de que, por su esencia, nunca dejará de ser agresivo, dominante y traicionero.

Luego exhortó a los militantes a que impidan la destrucción del PCC y advirtió a los futuros gobernantes que si violaran principios no contarán siquiera con la fuerza necesaria ni la oportunidad para rectificar, pues les faltará la autoridad moral que sólo otorgan las masas a quienes no ceden en la lucha. Fidel había suspendido en esos días sus artículos y no los reanudaría hasta el 21 de enero, después de cinco semanas de silencio.

No queda claro si eran Lage y Pérez Roque o algunos más los destinatarios de esas palabras, pero Raúl evocaba entonces el trance de la sucesión generacional. La salida de Lage deja una edad promedio de 65 años en el Buró Político y de 73 años en la directiva del Consejo de Estado.

Lage, médico pediatra, tenía más de tres décadas en la dirigencia cubana. Era diputado desde 1976. Fue líder de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). En 1986 se unió al Equipo de Coordinación y Apoyo del Comandante en Jefe, el gabinete operativo de Fidel Castro, y entró al Consejo de Estado. De ahí brincó al CECM (1990), al Comité Central y al Buró Político (1991) y a la vicepresidencia del Consejo de Estado (1993), siempre acumulando funciones en la política económica.

Pérez Roque, ingeniero electrónico, repetía como diputado desde 1986. También dirigió la FEU y estuvo en la dirigencia nacional de la UJC. En 1991 llegó al Equipo de Coordinación y Apoyo y al Comité Central, en 1993 al Consejo de Estado y en 1999 a la cancillería.

Cuando Fidel Castro delegó sus funciones a Raúl, en julio de 2006, también nombró a Lage como encargado de política energética y, junto con Pérez Roque y el presidente del Banco Central, Francisco Soberón, responsable de un fondo especial.

Sus caídas en desgracia se unen a otra, confirmada pero aún no divulgada oficialmente: la de Carlos Valenciaga, licenciado en marxismo-leninismo e historia, también ex líder de la FEU, miembro de la dirigencia de la UJC, diputado e integrante del Consejo de Estado desde 1998 y jefe de despacho de Fidel desde 1999.

Valenciaga dejó de trabajar con Castro el año pasado y ya no asistió a la sesión de diciembre del Parlamento.

Nuevo nombramiento

Un rutinario comunicado oficial sobre la entrevista de Raúl con el presidente hondureño, José Manuel Zelaya, citó el miércoles por la noche a Jorge Martí Martínez como jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del PCC, un cargo que hasta ahora desempeñaba Fernando Remírez de Estenoz.

No hubo texto oficial que aclarara cuándo y por qué se había producido el relevo, ni cuál era el destino de Remírez.

Martí, de 55 años, quien desde 2008 dirigía el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, es graduado en letras rusas y ha escalado todos los peldaños de la carrera diplomática. Entre otros cargos, fue embajador en las repúblicas bálticas ex soviéticas y en Rusia.

Remírez, de 57 años, médico y sociólogo, se dedicó a las relaciones internacionales desde su paso por la FEU y la UJC. Es integrante del Comité Central y del Secretariado del PCC. Ha sido viceministro primero de la cancillería, embajador ante la Organización de Naciones Unidas y jefe de la Sección de Intereses en Washington.

Fuente: La Jornada de México

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Destituciones fortalecen mano dura en la esfera económica cubana

AP. 08 de marzo del 2009. Los nuevos ministros del gabinete de Cuba, nombrados como parte de una sorpresiva depuración la semana pasada, son un grupo de desconocidos que comparten un historial de atacar el despilfarro y administrar con mano dura.
Los nombramientos subrayan la intención del gobernante Raúl Castro de imponer una disciplina militar en una economía que un alto oficial de inteligencia estadounidense calificó recientemente de "un desastre''.
Enfrentado a $10,000 millones en daños a causa de varios huracanes, el aumento significativo del precio de los alimentos y una reducción en los ingresos, Raúl Castro sustituyó a casi todos los integrantes de su equipo económico, entre ellos varias de las estrellas políticas en ascenso más visibles del país.
Las teorías abundan --algunas contradictorias-- sobre la razón de que la mayoría de los ministros despedidos eran del sector económico. Algunos expertos dicen que Raúl Castro purgó a los leales al ex gobernante Fidel Castro, que pudieran haber obstaculizado reformas. Otros sospechan que Raúl Castro simplemente quiso reestructurar el gobierno y atacar primero los problemas económicos con un mayor control sobre una burocracia obstructiva.
Pero muchos coinciden en que se trata de una estrategia para echar a un lado a los potenciales reformistas y afirmar en el poder a las figuras históricas, los funcionarios fieles y los conservadores. El más leal de los fidelistas sigue siendo Raúl Castro.
Esto es lo que ha quedado en claro: la economía cubana está en caída libre. Y mientras Raúl Castro finalmente se desprende de la sombra de su hermano y escoge su propio equipo, debe tomar medidas drásticas para controlar la desaceleración económica.
"El año que termina ha sido, sin duda alguna, uno de los más difíciles desde que comenzó el período especial'', dijo José Luis Rodríguez, entonces ministro de Economía y Planificación, ante la Asamblea Nacional a finales del 2008, refiriéndose a los años de profunda crisis económica que siguió al colapso de la Unión Soviética en 1991.
Rodríguez fue uno de los 10 altos funcionarios despedidos el lunes pasado.
La situación económica es tan crítica que Raúl Castro redujo a la mitad el gasto en viajes y eliminó las bonificaciones y otros privilegios a los empleados estatales.
Cuba sufrió el impacto de varios huracanes devastadores el año pasado, los que dejaron una gran destrucción en toda la isla. El gasto de la recuperación se sumó a una inversión récord de $710 millones en la importación de alimentos sólo de Estados Unidos, un aumento de 61 por ciento en un solo año.
La mayoría de los ministros despedidos tenía alguna participación en la compra de alimentos.
El gobierno ha dicho que espera que la economía crezca 4.3 por ciento este año, aproximadamente la mitad del pronóstico del ocho por ciento. Raúl Castro ha visitado numerosos países con el fin de diversificar las fuentes de financiación, de manera que el país no dependa tanto de Venezuela. Raúl Castro ha firmado acuerdos con China, Irán, Rusia, Brasil y otros productores de petróleo.
Aunque el turismo y algunas exportaciones aumentaron en el 2008, el precio del principal rubro de exportación de Cuba, el níquel, bajó 41 por ciento, y el costo de las importaciones aumentó en más de 50 por ciento.
La isla importa más del 80 por ciento de lo que consume y las medidas para aumentar la producción nacional han sido infructuosos.
"Raúl Castro heredó un legado de abandono total, y no un abandono leve'', dijo el economista Jorge Sanguinetty, presidente de la firma consultora DevTech Systems y quien por años le ha seguido el pulso a la economía cubana. "Raúl Castro tiene que estar preocupado; Cuba está en una situación muy precaria''.
Los cambios en el gabinete afectaron a los ministros de Comercio Exterior, Inversión Extranjera, Industria Alimentaria, Finanzas y Precios, Comercio Interior y la Industria Sideromecánica. Dos de los despedidos --Rodríguez y el vicepresidente Carlos Lage-- estaban vinculados a la transformación y la planificación económica que comenzó en los años 90 como resultado de la desaparición del campo socialista y la implantación forzosa del llamado período especial.
Lage fue reemplazado por el general José Amado Ricardo Guerra, quien como secretario del Ministerio de las Fuerzas Armadas, desarrolló un talento especial para la organización. Guerra es esencialmente un burócrata que se ganó las estrellas en un escritorio, bajo la protección del actual ministro de Defensa, el general Julio Casas Regueiro, y de Raúl Castro, quien ocupó ese cargo por más de 45 años.
Los nuevos ministros de la Industria Alimenticia y Finanzas y Precios son mujeres forjadas en la disciplina del partido. Ambas trabajaron en el Secretariado del Comité Central de Partido Comunista, cuya labor es fortalecer la influencia partidista en las tareas estratégicas de la economía y la sociedad.
La nueva ministra de la Industria Alimenticia es María del Carmen Concepción González, llamada la "Dama de Hierro'' por sus asistentes desde los días en que era secretaria del Partido Comunista en el municipio de Consolación del Sur.
Posteriormente fue primera secretaria del partido en la provincia de Pinar del Río y estaba a cargo del Departamento Agroalimentario del Comité Central.
La flamante ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, es graduada de Economía. Durante los años en que fue fundadora y ministra de Auditoría y Control, entre el 2001 y el 2006, se ganó la reputación de ser rígida y controladora, lo que favoreció su ascenso a jefa del Departamento de Economía del Comité Central.
En resumen: las dos ministras vinculadas a la economía son conocidas por su férrea disciplina partidista.
"Esto se ajusta a la mentalidad militar de Raúl Castro'', dijo Antonio Jorge, economista de la Universidad Internacional de la Florida. "Creo que está tratando de que [la economía] funcione con más eficiencia, más control y menos burocracia''.
Menos clara fue la decisión de nombrar el pasado noviembre como ministro de Agricultura al general Ulises Rosales del Toro, veterano del Ejército Rebelde.
"Como ministro del Azúcar hizo un trabajo pésimo'', dijo Carmelo Mesa Lago, experto en la economía cubana. "¿Tiene sentido [ese nombramiento]? No, pero Rosales es un general y Raúl Castro le tiene confianza''.
También a fines del pasado año, Raúl Castro puso como vicepresidente del Consejo de Ministros y supervisor de la inversión extranjera, a Ricardo Cabrisas, otro de sus hombres de confianza. Hace apenas diez días, Raúl Castro anunció como tres nuevos vicepresidentes del Consejo de Ministros a Rosales del Toro, el comandante Ramiro Valdés (ministro de Informática y Comunicaciones) y a Jorge Luis Sierra (ministro de Transporte).
En los más recientes nombramientos del pasado lunes se suma un general a cargo de la Industria Sideromecánica y un ex coronel como ministro de Economía y Planificación.
El nuevo jefe del sector sideromecánico es el general Salvador Pardo Cruz, quien dirigió las empresas militares que abastecen a las fuerzas armadas.
Marino Alberto Murillo, ahora con la cartera de Economía y Planificación y entre los seis vicepresidentes del Consejo de Ministros, fue designado a comienzos del 2006 para controlar el despilfarro y los desfalcos en las empresas estatales como ministro de Comercio Interior.
Estos nombramientos de militares muestran que Raúl Castro todavía es un firme creyente del proyecto de reformar la economía con el esquema militar de ‘‘perfeccionamiento empresarial'', que llevó a otros sectores estatales en un esfuerzo por mejorar la eficiencia.
Los nombramientos de la semana pasada se suman a otros siete decretados por Raúl Castro desde que fue electo oficialmente como presidente del Consejo de Estado el año pasado, lo que ilustra una tendencia hacia la centralización del gobierno y el nombramiento de militares en cargos clave.
Entre los vicepresidentes del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros --ambos órganos considerados la cima de poder en la isla-- hay cuatro generales, dos comandantes de la revolución y un ex coronel del Ejército.
Los expertos dicen que la última vez que hubo tantos cambios de alto nivel en el gobierno cubano fue en 1980, cuando despidieron al 30 por ciento de los ministros. Los cambios del lunes afectaron aproximadamente a una tercera parte del gabinete.
"Creo que el hecho de que [Raúl Castro] se está rodeando de gente de línea dura no significa que no habrá cambios económicos'', dijo Jorge Piñón, especialista del Centro de Política Hemisférica de la Universidad de Miami. "Significa que necesita gente que aplique la ley y el orden mientras los cambios se implementan''.

Fuente: © 2009 El Nuevo Herald.

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Crece el turismo en Cuba en los últimos dos meses

By EFE. 08 de marzo del 2009. El sector del turismo en Cuba registró un crecimiento del 5.2 por ciento en los dos primeros meses del año, en comparación con el mismo periodo del 2008, indicó el ministro de esa cartera, Manuel Marrero, citado hoy por medios locales.

En un acto realizado el miércoles en el balneario de Guardalavaca, en la provincia oriental de Holguín, Marrero afirmó que esos resultados se deben a los ''sostenidos avances'' del sector, informó la Agencia de Información Nacional.

También aprovechó para llamar a los trabajadores del sector a elevar ''la calidad'' del servicio al turista y a ser ''más eficientes'' en el uso de los recursos y medios disponibles.

Cuba recibió 2.3 millones de turistas en 2008, que dejaron ingresos de 2,500 millones de pesos convertibles (unos $2,700 millones), de acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas.

El incremento de la llegada de visitantes en el 2008 fue del 9.7 por ciento sobre 2007, mientras que en el mismo lapso el sector creció un 2 por ciento.

Canadá es el principal mercado emisor de turistas a Cuba seguido de Inglaterra, Italia, España y Alemania, y en el continente latinoamericano destacan México y Argentina. Las autoridades han indicado que en el 2009 esperan que 2.5 millones turistas viajen a la isla.

Fuente: © 2009 El Nuevo Herald.