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EEUU dará menos ayuda a los grupos de Miami
Pablo Bachelet / The Miami Herald. sábado 29 de marzo del 2008. El
gobierno de Bush está revisando marcadamente los controversiales
subsidios para la democracia en Cuba, restringiendo los fondos de los
grupos anticastristas en Miami y dirigiendo más recursos hacia
organizaciones internacionales que no están en Estados Unidos, según
indican algunos funcionarios familiarizados con esos programas.
La nueva orientación, que ha causado incertidumbre entre muchos
beneficiarios de subsidios del sur de la Florida, viene mientras el
Departamento de Estado y la Agencia de Desarrollo Internacional de EEUU
se preparan para otorgarle $47.5 millones en subsidios a las
organizaciones para la democracia cubana, o más del triple de los
niveles del 2007.
El objetivo del dinero es promover una transición a la democracia en
Cuba, pero desde hace mucho se ha alegado que siempre se ha favorecido a
más cubanoamericanos en Miami que a personas en la isla. El viernes, un
ayudante de la Casa Blanca
(Felipe Sixto de 28 años de edad
quien fuera el jefe de despacho de Frank Calzón Director del Center for
a Free Cuba con sede en Washington por varios años)
renunció en medio de alegaciones de que el dinero de programas pro
democracia en Cuba se ha utilizado indebidamente.
Los fondos ahora se concederán mediante licitación competitiva, y los
funcionarios están instando a grupos de Latinoamérica y Europa Oriental.
El ejecutivo de EEUU está especialmente ansioso de recibir propuestas
que sirvan para suministrarles tecnologías de comunicación a activistas
en Cuba. Se dice que el acceso a la internet, los videos de YouTube y
los mensajes de texto en teléfonos celulares han impulsado los
movimientos de desafío a los gobiernos en lugares tales como Birmania y
el Tíbet.
El acceso a esas tecnologías está restringido por el gobierno comunista
de Cuba, aunque el viernes La Habana anunció que se facilitaría más la
adquisición de teléfonos celulares. El gobierno ya había dicho
anteriormente que se les venderían computadoras a todos los cubanos.
"No estamos excluyendo a nadie del proceso", dijo José Cárdenas, el
viceadministrador adjunto para Cuba y Sudamérica de USAID (US Agency for
International Development), "pero con muchísimos más recursos,
decididamente queremos nuevos participantes en el programa.
"Nos gustaría ver más grupos e individuos de lo que fue el bloque de
Europa Oriental", siguió diciendo, "y más intereses y actividades
privadas de Latinoamérica''.
Hasta ahora, la mayor parte de los subsidios han ido a grupos de Miami y
hay detractores que dicen que con ese dinero se aplicaba
a los grupos cubanoamericanos, pero se hacía poco por llevar la
democracia a Cuba. La Habana normalmente se refiere a los cubanos que
reciben ayuda de esos programas en EEUU como "mercenarios del imperio''.
Un informe del Tribunal de Cuentas (GAO) de noviembre del 2006 criticó a
USAID por haber suministrado subsidios de $74 millones desde 1996 sin
licitación competitiva. La GAO encontró algunos ejemplos de
abusos,incluyendo el uso de subsidios para comprar juegos de
computadoras y suéteres de cachemira.
Y el viernes, la Casa Blanca anunció que Felipe Sixto, el funcionario de
mayor conexión con la comunidad cubanoamericana en la Casa Blanca,
renunció por alegaciones de que él tal vez obtuvo indebidamente cientos
de miles de dólares provenientes de subsidios en un empleo anterior con
la organización Centro Para Una Cuba Libre, con base en Washington.
Pero los que respaldan el programa dicen que el informe del GAO también
halló que algunos programas llevaron grandes cantidades de equipos de
comunicación y otros suministros a disidentes de la isla. El aumento de
recursos para subsidios pro democracia en Cuba fue aprobado fácilmente
por el Congreso el año pasado.
Algunos funcionarios dicen que las organizaciones de Miami ahora tendrán
que demostrar que pueden suministrar entrenamiento, equipos y otros
recursos a grupos en la isla. "Queremos ver un impacto en Cuba, no en
alguna parte de EEUU'', dijo un funcionario que ayudó a esbozar las
nuevas pautas y accedió a hablar francamente, siempre que no se diera su
nombre.
El concepto es de capacitar a los cubanos para operar independientemente
del sistema comunista, que lo controla todo, desde el acceso a los
medios de transmisión hasta los empleos. Habiéndose retirado Fidel
Castro, su hermano y sucesor Raúl ha dado algunos tímidos pasos hacia el
debate y las reformas, aunque Cárdenas dice que el debate sigue estando
"severamente controlado'' por el gobierno.
El gobierno de EEUU dice que organizaciones de Washington tales como
Freedom House, el International Republican Institute (IRI) y el National
Endowment for Democracy (NED) también se verán favorecidas por las
nuevas normas, porque han tenido desde hace mucho tiempo vínculos con
grupos pro democráticos que no están en EEUU y que este gobierno quiere
ahora que se movilicen a favor de Cuba.
Ya algunos grupos tales como People In Need (Pueblos Necesitados), una
agrupación checa, han suministrado algunos fondos.
A los activistas europeos y latinoamericanos les resulta más fácil
entrar y circular en Cuba que a los ciudadanos de EEUU.
Paul Fagan, el jefe de programas latinoamericanos de IRI, dice que su
grupo frecuentemente usa a latinoamericanos para efectuar seminarios de
entrenamiento para activistas cubanos, y está gestionando el
establecimiento de programas para Cuba en estados bálticos como Latvia.
Cuando le preguntaron cómo emplearía dinero extra, Fagan dijo: "No tengo
idea, es un proceso abierto. Estamos licitando como los demás".
Cárdenas dice que espera que los recursos adicionales estén disponibles
en las próximas semanas una vez que se le haya notificado al Congreso
cómo se asignarán los recursos.
El ejecutivo ya empezó a promover los subsidios fuera de EEUU.
Elaine Grigsby, que administra los programas de Cuba en USAID, fue a
Buenos Aires esta semana para tomar parte en una conferencia sobre la
democracia. Este mes. Grigsby y el viceadministrador de USAID para
Latinoamérica Paul Bonicelli estuvieron en Hungría y en Eslovenia.
El cambio de orientación ha causado incertidumbre entre personas y
entidades que reciben subsidios en Miami, especialmente académicos que
no tienen trato directo con grupos de la sociedad civil de Cuba.
Jaime Suchlicki dice que seguirá operando su Proyecto de Transición
Cubana (CTP), una unidad del Instituto de Estudios Cubanos y
Cubanoamericanos de la Universidad de Miami (UM) sin importar lo que
haga el gobierno de EEUU.
"El CTP no se acabará, lo mismo si recibimos fondos que si no", dice
Suchlicki, que es historiador y ha dirigido el instituto durante mucho
tiempo. "Es demasiado importante para acabarse. Esperemos recibir algún
dinero del gobierno".
USAID suministraba $500,000 anualmente para costear a siete analistas
con un enfoque en la Cuba poscastrista. A fines del año pasado, USAID
dijo que el programa no se iba a renovar, aunque Suchlicki planea
solicitar de nuevo subsidios del gobierno este año.
Frank Calzón, jefe del Center for a Free Cuba, dice que su programa de
USAID terminó recientemente, pero que él tenía suficientes fondos para
mantenerse en funciones hasta que las nuevas pautas se establezcan
claramente. El centro brinda asistencia y equipos a disidentes de la
isla, y trabaja con organizaciones internacionales de derechos humanos y
gobiernos extranjeros para mejorar el conocimiento de los abusos que se
cometen en Cuba.
Calzón dice que los programas están evolucionando con el tiempo.
"Hay otros medios, otros instrumentos", dice. "Ahora hay personas en
Europa y en Latinoamérica que quieren ayudar al pueblo cubano
enviándoles libros y yendo a la isla''.
Fuente: © 2008 El Nuevo Herald.
Enlace:
http://www.elnuevoherald.com/167/story/182247.html
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