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Washington crea grupo de trabajo para Cuba.

Convencida de que Fidel Castro nunca volverá a retomar el poder que una vez tuvo, la administración de Bush ha creado cinco grupos de trabajo ínter agénciales para monitorear Cuba e implementar las políticas de Estados Unidos.
Los grupos, algunos de los cuales operan en un ambiente secreto, fueron calladamente preparados después del anuncio el 31 de julio de que el padeciente líder cubano había cedido temporalmente el poder a un liderazgo colectivo dirigido por su hermano Raúl, dijeron funcionarios norteamericanos al Miami Herald.

Su composición refleja las prioridades de la política de la administración hacia Cuba así como la creencia de que el estatus del gobernante de 80 años, como líder indiscutible de la Isla, ha terminado, sin tener en cuenta la naturaleza de su aún misteriosa enfermedad.

El secretario de estado adjunto para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, dijo a los periodistas el mes pasado que Castro ''no parece estar'' en posición para regresar a las actividades diarias del gobierno.
Eric Watnik, un portavoz del Departamento de Estado sobre asuntos cubanos, fue más allá diciendo al Miami Herald que Castro ''nunca regresará a la posición que disfrutó anteriormente''. Rehusó detallar cualquier evidencia que el gobierno de EEUU tenga para tal creencia.

Los funcionarios estadounidenses dicen que tres de los recién creados grupos están dirigidos por el Departamento de Estado: acciones diplomáticas, comunicaciones estratégicas y promoción democrática. Otro grupo que coordina la ayuda humanitaria está dirigido por el Departamento de Comercio, y un quinto, sobre asuntos de migración, está administrado conjuntamente por el Consejo Nacional de Seguridad (NSC) y el Departamento de Seguridad Territorial (DHS).

Muchos miembros de los grupos trabajan desde la misma oficina del Departamento de Estado en lo que una persona familiar con la operación describió como un ''cuarto de control''.

El Departamento de Estado está renuente a dar detalles sobre los nuevos grupos de ínter agencias, diciendo que el enfoque debe ser sobre la transición democrática que están tratando de lograr en Cuba y no sobre el proceso del gobierno de EEUU.

Pero la idea general es intercambiar opiniones con otros gobiernos y crear un frente común externo mientras Cuba comienza su transición poscastrista, dijeron los funcionarios norteamericanos que pidieron mantener el anonimato debido a la naturaleza sensitiva de los asuntos.

Los funcionarios presentaron los grupos de trabajo como los resultados lógicos de la Comisión de Ayuda a una Cuba Libre, un esfuerzo de interagencias a nivel de gabinete que se ha reunido dos veces para redactar las recomendaciones de la política. El segundo informe de la comisión, codirigida por la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, fue emitido en julio, unas semanas antes de que Castro se sometiera a una operación por desangramiento intestinal causado por una enfermedad aún no revelada.

Recomendó más ayuda a los oponentes de Castro; una campaña diplomática para contrabalancear los supuestos esfuerzos del presidente venezolano, Hugo Chávez, para prolongar el comunismo en Cuba y medidas más estrictas para poner en vigor las actuales sanciones. También recomendó más coordinación entre las agencias del gobierno.

El establecimiento de los nuevos grupos de trabajo ínter agencias se produce cuando la comunidad de inteligencia también está reforzando su monitoreo de Cuba. El mes pasado, el director de Inteligencia Nacional John Negroponte nombró a Patrick Maher, un veterano funcionario de la CIA, como gerente interino de misión para Cuba y Venezuela. Funcionarios dijeron que el cargo se había planificado antes del anuncio de la enfermedad de Castro.

La posición es considerada ''de muy alto nivel'', según Brian Latell, un analista retirado de la CIA y autor de un reciente libro sobre Fidel y Raúl Castro Después de Fidel.

Generalmente, esos gerentes de misión supervisan entre cuatro y seis personas que acumulan información de inteligencia sobre los países objetivos. Aunque el cargo es esencialmente de coordinación, también se espera que ''sea un activista'' para estimular una mejor recopilación de información de las diferentes ramas de los servicios de inteligencia, dijo Latell.

La creación del puesto también subraya la importancia de Cuba y Venezuela para la seguridad nacional. Sólo Irán y Corea del Norte --considerados ambos como amenazas nucleares-- tienen actualmente gerentes de misión. Otros tres gerentes supervisan contraterrorismo, contrainteligencia y contra proliferación.

La política del gobierno de Bush sobre Cuba ha sido clara: presionar a La Habana para que adopte reformas democráticas mediante una combinación de sanciones económicas y de aislamiento diplomático. Pero cuando se discuten opciones específicas, frecuentemente Cuba resulta divisiva.

El Departamento de Defensa, por ejemplo, no ha querido actuar agresivamente por temor a desatar una crisis en el traspatio de Estados Unidos en un momento en que las fuerzas norteamericanas están muy extendidas por las guerras en Afganistán e Irak.

Mauricio Claver-Carone, que encabeza el U.S.-Cuba Democracy Political Action Committee en Washington, que cabildea el Congreso en busca de sanciones más duras contra la isla, dice que el cambio democrático en Cuba debía ''tener prioridad sobre preocupaciones de inestabilidad''.

Dijo que el Departamento de Estado y la Casa Blanca están comprometidos con ''la democracia sobre todas las demás opciones'' mientras que el Departamento de Seguridad Territorial y el Pentágono ''son ambivalentes en relación con un cambio drástico en Cuba''.

Otro ejemplo es un esfuerzo para relajar la restricción que ahora requiere que los aviones estadounidenses que trasmiten Radio y TV Martí a Cuba permanezcan dentro del espacio aéreo de Estados Unidos, lo que limita su capacidad para superar la interferencia cubana.

Desde hace tiempo, activistas cubanoamericanos han defendido permitir que los aviones entren en el espacio aéreo internacional pese a preocupaciones sobre violar las regulaciones internacionales sobre trasmisiones. El gobierno cubano, por su parte, considera que todas las trasmisiones de Martí son una provocación que viola la ley internacional.

El representante Lincoln Díaz-Balart, republicano por Miami, le había dicho al Miami Herald este año que el avión ''debía poder volar por donde quiera que fuera necesario para que no se pueda interferir la señal''.


Fuente: El Nuevo Herald
Septiembre 13, 2006