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Colombia reelige a Uribe legitimiza política de mano dura.

"El candidato conservador logra la reelección con una indiscutible victoria".

Bogotá. El presidente colombiano Álvaro Uribe hizo buenos los pronósticos y logró la reelección en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, al contar con un incontestable 62,23% de los votos, frente al 22,03% logrado por Carlos Gaviria, del PDA, y el 11,82% de Horacio Serpa, del Partido Liberal Colombiano, gran derrotado en estos comicios.

Con este triunfo, Uribe, líder de Primero Colombia, coalición conformada por diversos sectores liberales, se convierte en el primer presidente colombiano que logra la reelección desde el siglo XIX. Además, el mandatario obtuvo el mayor número de sufragios recibidos en la historia democrática del país, al sumar más de siete millones de votos, 1,5 millones más de los que alcanzó en su primera victoria, en el año 2002.

De esta forma, el plebiscito se convirtió prácticamente en una consulta sobre la gestión desarrollado por Uribe a lo largo de su primer mandato, al que accedió bajo la promesa de una política de mano dura contra la inseguridad y el interminable conflicto interno que imperaba en el país.

La victoria del reelegido presidente supone también un respiro para Estados Unidos, preocupado por el crecimiento del sentimiento anti-Washington en la región después de la victoria del boliviano Evo Morales y el protagonismo adquirido por el venezolano Hugo Chávez.

Normalidad electoral
Lo que no pudo evitarse fue la ya tradicional abstención que acompaña todos los comicios del país suramericano. Cerca del 55% de los electores no hicieron uso de su derecho al voto, mientras que los incidentes fueron mínimos, debido al gran despliegue de seguridad llevado a cabo en todo el país.

En cuanto a los votos de los colombianos residentes en España, Álvaro Uribe contó con el apoyo del 77% de estos emigrantes, seguido de Carlos Gaviria, con el 15% de los votos, el independiente Antanas Mockus, con el 2,8%, y el liberal Horacio Serpa, con el 2,6%.

En su primera comparecencia tras su victoria, Uribe aseguró que seguirá "trabajando por la patria" y aseveró que los comicios fueron la "expresión de una democracia pluralista".

El mandatario se comprometió a dar todas las garantías al PDA y a Gaviria y aseguró que serán "también invitados a la construcción de consensos". Uribe, de 53 años, se abstuvo en su discurso de hacer referencia directa a las organizaciones armadas ilegales, pero destacó el "heroísmo" de los soldados y policías para buscar un país seguro y reclamó el apoyo a la fuerza pública de la población, a la vez que afirmó que continuará buscando la integración de Colombia con el mundo.

Uribe reiteró que su país buscará Tratados de Libre Comercio, tras el negociado con EEUU, con varias naciones centroamericanas, con la UE, "con todo el mundo", y el fortalecimiento del proceso de integración de la Comunidad Andina con Mercosur.

Por su parte, Gaviria reconoció su derrota, aunque mostró su satisfacción por los resultados obtenidos. "Cuando uno se somete al resultado de las urnas tiene que ser gallardo en el reconocimiento de la victoria del adversario", comentó.

Desencanto
Los colombianos, como ya insinuaron en 2002, cuando eligieron a Uribe, un disidente del Partido Liberal (PL) que se presentó como independiente, han reafirmado en estas elecciones su desencanto con los partidos tradicionales, que pasan por un estado crítico.

A la reelección aplastante de Uribe hay que unir la aparición de un movimiento de izquierda democrática, apartado de la guerrilla, que se ha aupado al segundo lugar con un importante 22%.

Una de las claves del éxito de Uribe ha sido convencer a sus compatriotas de su política de seguridad democrática, lo que les ha devuelto la confianza. Su estilo firme de gobernar, calificado a menudo de autoritario o caudillista, le ha dado buenos resultados, que se han plasmado en descensos importantes en los índices de secuestros y homicidios y la sensación de que, al menos, tiene replegada a la guerrilla.

Estos próximos cuatro años, por lo tanto, serán los que marquen su labor de presidente, con unos desafíos nada desdeñables, como reencauzar su política económica, que, si bien en las grandes cifras ha sido positiva, aún no crece como preveía, así como atender a la política social, ya que la pobreza supera el 50% de la población.

Fuente: La Nueva Cuba
Mayo 30, 2006