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Acto de repudio contra nuestra familia.
Por Dr. Darsi Ferrer Ramírez.

La policía política realizó otro acto de repudio concentrando una turba de personas agresivas y amenazantes frente a nuestra casa. Arbitrariedad que, al igual que en las ocasiones anteriores, tuvo el propósito de aterrorizar, además de a los vecinos de la cuadra, a mi esposa Yusnaimy, mujer enferma, nuestro niño Dariel de 4 años de edad, mi abuela, de ochenta años y muy delicada de salud, y a mí, Dr. Darsi Ferrer. De igual manera contó con la complicidad y autorización de las autoridades del régimen.

Agentes de la seguridad del estado con su tropa de porristas militantes del partido comunista, funcionarios del poder popular, miembros de la asociación de combatientes, la federación de mujeres cubanas y del comité de defensa de la revolución, cuya suma aproximada fue de 40 personas, se situaron frente a nuestra vivienda, cita en calle San Bernardino # 265 entre Serrano y Durege, en el municipio Díez de Octubre, en la Ciudad de la Habana, donde permanecieron desde las 3:00 pm hasta las 9:00 de la noche, ayer 25 de Abril.

Además de las acostumbradas provocaciones dirigidas contra nosotros, la crápula agresiva impidió la circulación y el parqueo de vehículos en la calle, mostraban palos, cabillas, tonfas (armas oficiales de la policía), entre otros artefactos utilizados para golpear.

Algunos de los participantes llegaron en los vehículos siguientes:

Moto suzuki, chapa HZS679
Niva rojo, chapa HSX805
Lada blanco, chapa HAF463
Lada verde, chapa HAL227
Lada azul, chapa HEG823

Reconocimos entre los presentes al oficial de la seguridad del estado que responde al nombre de Aramis. El puesto de mando se creo en la casa del Sr. Héctor Nápoles, capitán retirado del ministerio del interior, cuya casa colinda con la nuestra. Este personaje vive del alquiler ilegal de una habitación de su hogar, de la venta de gasolina que se roba en el nuevo trabajo donde se desempeña como jefe de los custodios, así como de la remesa que desde los EEUU le envía su hijo Osmani Nápoles.

Por el entusiasmo dentro de la turba se destacó el matrimonio del Sr. Jiusti, teniente coronel retirado de las FAR, quien se dedica a agenciar viajes en su automóvil de modo ilegal, a hospedar en su casa por dinero cada cierto tiempo a su amigo Miguel, un comunitario que vive en los EEUU, a quien se encarga, además, de buscarle muchachitas bien jovencitas para que se le prostituyan, su esposa Águeda se gana el dinero ilegalmente realizando actividades de manicuri y peluquería.

Como nos hicieron saber ayer y en otras ocasiones, la mayoría de nuestros vecinos repudian este tipo de crueldad perpetrado por quienes supuestamente deberían dedicarse a cuidar el orden y la ley. Una vez retirada la turba recibimos la solidaridad de muchos de ellos, los que describen la implementación de esos métodos terroristas de manos del estado como prueba de la vileza que son capaces de cometer esos funcionarios, difícil de creer sino fueran testigos presenciales, contra personas pacíficas que no han cometido ningún delito.

La intención del régimen a través de este tipo de acciones no se limita a la toma de represalias contra los opositores sino que busca sembrar el terror dentro de la sociedad, demostrarle a los cubanos que tienen que someterse bajo el yugo impuesto a la fuerza o de lo contrario pueden ser víctimas de represión y arbitrariedades.

Estos actos de repudio producen daño psicológico de consecuencias traumáticas tanto en las víctimas como en las personas que son chantajeadas y obligadas a participar como victimarios. Se han perpetrado infinidad de ellos por todo el país, en los cuales decenas de personas han golpeado a seres humanos indefensos, ocasionándoles incluso lesiones graves, delante de hijos pequeños, esposas, padres ancianos, familiares enfermos, amigos, vecinos, quienes deben cargar con la cruz de la impotencia ante dichos abusos y el miedo extremo de que en otra ocasión sean ellos las víctimas.

Los victimarios y cómplices, como todos los cubanos, dependen del control absoluto del régimen de todas las esferas de la vida en el país. La policía política cuando decide efectuar un acto de repudio se dirige a sus bandas paramilitares (organizaciones de masas): partido comunista, gobierno popular, asociación de combatientes, federación de mujeres cubanas, comité de defensa de la revolución: para reclutar a los elementos que tienen que ejecutar la agresión. A modo de relleno también obligan a participar de la injusticia a personas que son sacadas de sus centros laborales y llevadas frente a las casa de los opositores, muchos de ellos en contra de su voluntad pero con terror de negarse a incumplir la orden impartida.

Como en toda sociedad también dentro de los “porristas” hay quien disfruta poder desarrollar su potencialidad de odio, maldad y desprecio por sus semejantes. Abundan los cobardes que en la manada se realizan al gozar impunemente de varias horas del éxtasis que provoca el valor colectivo. Otros personajes que conforman las turbas son los que tienen problemas con la justicia y la policía política les ofrece la oportunidad de librarlos de sus faltas según se destaquen golpeando a los blancos escogidos.

Frente a la flagrante violación que representan los actos de repudio, organizados por la alta dirigencia del régimen cubano y ejecutados por la seguridad del estado, la Comunidad Internacional no debe mantener una posición pasiva ni desentenderse de la gravedad de los hechos. La sociedad cubana no debe, a los ojos del mundo, vivir la terrible situación atravesada por Ruanda, o Yugoslavia. El silencio y el no asumir una postura enérgica y firme frente a estas aberraciones fascistas puede desembocar en un linchamiento masivo de cubanos cuyo único delito es defender las libertades y derechos fundamentales de todo ser humano.

Fuente: Desde Cuba Dr. Darci Ferrer.
Abril 27, 2006