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Abogado invidente, defensor de los
Derechos Humanos, asediado militarmente en su casa desde el 12 de enero.
Yo soy Juan Carlos González Leiva,
presidente de la Fundación Cubana de Derechos Humanos. Desde el 12 de
enero, todos los días, soy víctima de una tortura psicólogica cuyo
objetivo es presionarme para desterrarme por la fuerza de Cuba, ya que
mi condena de prisión domiciliaria termina el 4 de marzo de este año
2006.
Mi vivienda está bajo asedio militar y soy víctima de violentos actos de
repudio encabezados y controlados por los militares de la Seguridad del
Estado de la provincia de Ciego de Ávila donde resido y del gobierno
cubano. Se me impide salir de mi casa y me encuentro sin comida, sin
agua potable y sin electricidad, asfixiándonos del calor. Solo
ocasionalmente me restauran el teléfono al azar pero, la mayor parte del
tiempo, me encuentro incomunicado. Conmigo están en la casa la activista
de la Fundación Cubana
de Derechos Humanos, Tania Maseda Guerra y el periodista independiente
Luis
Esteban Espinosa.
Mis ventanas y mis puertas son golpeadas fuertemente y tienen metidos
desde afuera equipos de altoparlantes con música estruendosa las 24
horas que no nos permite dormir ni descansar. Las turbas que rodean mi
casa está compuesta por todo tipo de personas: desde delincuentes hasta
estudiantes universitarios que traen hasta aquí para que escandalicen a
través de micrófonos consignas gubernamentales en un lenguaje agresivo y
vocabulario grosero. Nos amenazan a gritos que van a entrar con tanques
de guerra, que
nos van a quemar a todos, que somos unos antisociales al servicio del
imperialismo, etc.
Han empujado y golpeado salvajemente a muchos activistas, amigos y
familiares míos que han entrado ó han tratado de entrar a mi casa, ó han
salido en defensa nuestra. Entre los nombres que puedo identificar están:
Yodalis Calderín Nuñez, sobrina de mi esposa, los periodistas
independientes, Luis Esteban Espinosa y el psicólogo, Antonio Legón
Mendoza.
A mi padre, Agustín González, a pesar de tener la visa para viajar a
EEUU, el gobierno cubano lo tiene como un rehén y no lo deja salir de
Cuba para presionarme para que yo salga del país también.
Turbas de entre 100-400 personas comienzan éstos actos vándalicos al
amanecer hasta las once de la noche. A esa hora mi casa la rodean
policías y agentes de la Seguridad del Estado. Esto se repite
diariamente, al son de la música ensordecedora.
Es importante que la prensa internacional acreditada en La Habana venga
hasta Ciego de Ávila para que el mundo vea realmente la verdadera cara
del gobierno cubano.
Yo no tengo miedo ninguno. Me amenazan que van a entrar a la vivienda y
tendrán que sacarme a la fuerza. Si resistí 26 meses en prisión bajo la
tortura diaria de los militares cubanos, acosado, abofeteado e
intoxicado por sustancias químicas, por las cuales todavía estoy enfermo,
resistiré dentro de mi casa 26 meses más.
Agradezco al pueblo cubano por todos los gestos de solidaridad: a los
vecinos que han intercedido y me han defendido. A todos les digo que
tenemos esperanzas que va a haber un cambio en Cuba. Esta lucha
demuestra que el gobierno está desmoronándose. A las organizaciones de
derechos humanos y a la prensa internacional les agradezco todo lo que
han hecho por mí y su apoyo a la lucha del pueblo cubano.
Jesucristo está con nosotros, nos está acompañando, nos da la victoria y
la paz. Nosotros no vamos a levantar un dedo contra nadie ni vamos a
cometer delito alguno. Cualquier cosa que suceda aquí es responsabilidad
de la Seguridad del Estado, los militares de Cuba y del gobierno cubano.
Testimonio de Juan Carlos González
Leiva obtenido desde Cuba: grabado,
transcrito y traducido al inglés por la Coalición de Mujeres
Cubano-Americanas en EEUU. Tel: 305-662-5947 / Fax: 305-740-7323
Direcciónes
electrónicas: Joseito76@aol.com
ó tswilder@charter.net
Fuente:
Netforcuba
International
Enero 14, 2006
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