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Entrevista al cubanoamericano Adolfo A. Franco, Director de la Agencia de E.U. para el Desarrollo Internacional (USAID).


El principal asesor de la ayuda estadounidense para esta región se opone a negociar «con un régimen que durante 45 años ha reprimido a su pueblo y que va a hacer todo lo posible para mantenerse en el poder sin entrar en un verdadero diálogo»


Un hispano influyente:

Adolfo A. Franco es uno de los hispanoamericanos de mayor rango en la Administración Bush. Nacido en Cárdenas (Cuba) en 1956, se marchó de su país con apenas seis años.

Ha trabajado para los gobiernos republicanos desde tiempos de Reagan. Durante los mandatos de Bill Clinton se convirtió en asesor jurídico de la mayoría en la Cámara de Representantes.

Desde enero de 2002 es el administrador para América Latina y el Caribe de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), donde tiene la responsabilidad y autoridad para el diseño, implementación y evaluación de las estrategias y programas nacionales para la región.

ADOLFO A. FRANCO

Administrador para América Latina y el Caribe de USAID

MADRID. Adolfo A. Franco ha viajado a España para transmitir un mensaje de la Administración Bush y participar en el seminario «Cuba: ¿Sucesión o Transición?», organizado por el Proyecto sobre la Transición en Cuba, el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos y la Universidad de Miami. El administrador para América Latina y el Caribe de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que hoy se reúne con responsables del Ministerio de Exteriores y con el ex presidente del Gobierno José María Aznar, quiere transmitir la necesidad de una unidad de los países de la OTAN ante un objetivo común: la democracia en Cuba.

-¿Qué le parece que las Damas de Blanco hayan recibido el premio Sajarov del Parlamento europeo?

-Me parece fenómeno y es un paso tremendo que no sólo anima al creciente movimiento democrático dentro de la isla sino también es una manera de protegerlo de la represión castrista. Es un buen ejemplo de cómo nuestra política es complementaria a la de España y la UE, de que hay un reconocimiento de la importancia de las Damas de Blanco, una de las diferentes expresiones del movimiento democrático dentro de Cuba.

-¿Considera que existe un resquicio para la esperanza después de la reunión que los opositores celebraron este año en la isla, convocados por Marta Beatriz Roque?

-El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, se refirió por primera vez en abril o mayo a una oposición dentro de Cuba. El propio Gobierno reconoce que hay una oposición. Poco después, en la celebración del 26 de julio, una fecha en la que se habla de los logros de la revolución, el dictador dedicó su discurso a atacar a la oposición. Esto refleja algo nuevo: el miedo por parte del régimen de estar perdiendo el control y, por otro lado, que hay suficiente fuerza y se ve obligado a permitir esta reunión, que hubiera sido imposible hace cinco o diez años. Refleja una realidad y un cambio, aunque el Gobierno está haciendo todo lo posible para reprimirlo.

-¿Cree que el cambio de la posición de la UE, a instancias de España, ha dado algún fruto?

-Lo más importante para nosotros es apoyar al movimiento democrático dentro de Cuba y eso implica dar a la oposición el respeto que se merece y que está a la par con los funcionarios del Gobierno. En las fiestas nacionales que son importantes para España y los otros países europeos nuestro llamamiento es que los disidentes o la oposición democrática sean invitados junto a los funcionarios cubanos que las embajadas invitan. Esto es una apuesta para el futuro. Estas personas se van a acordar de quiénes estuvieron a su lado. Este cambio de la postura europea no sería lo que Estados Unidos apoyase, no va a dar fruto y representa tratar de mantener un diálogo con un régimen que durante 45 años no sólo ha reprimido a su pueblo sino que hará todo lo posible para mantenerse en el poder sin entrar en un verdadero diálogo.

-¿Qué le pareció el papel del Gobierno español en la Cumbre de Salamanca, en la que se matizaron dos comunicados sobre el embargo contra Cuba y la extradición del anticastrista Posada Carriles, y en la que por primera vez se habló de bloqueo y no de embargo?

-No estamos de acuerdo con el uso de la palabra bloqueo porque no tenemos un bloqueo sino unas sanciones y un embargo. No formamos parte de esta reunión, pero creo que España, como país anfitrión, jugó un papel importante de tratar por todos los medios de que fuese una reunión fructífera. El uso de esa palabra fue una decepción porque no nos parece que refleje la realidad.

-Washington no extradita a Posada Carriles a Cuba o a Venezuela. ¿Será juzgado en Estados Unidos?

-Esto está en proceso en nuestro país en este momento. Va a ser procesado en EE.UU. como lo sería en España o en otro país, respetando los derechos del demandado y los de los demandantes. Va a ser un juicio como cualquier otro y la política no entrará en juego.

-¿Tiene planes Washington para la transición cubana?

-La transición en Cuba la realizará el pueblo, no Estados Unidos, ni la Unión Europea, ni los cubanos en el exilio. Se brindará apoyo, inversiones dentro del marco establecido por el nuevo Gobierno cubano. El futuro del país está en manos de los once millones de personas que hoy viven en la isla. Ahora, el presidente Bush ha organizado una comisión para la transición hacia una Cuba democrática, dirigida por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Tiene como misión unir los esfuerzos, agencias, entidades, entre ellas la mía, del Gobierno de EE.UU. para prepararnos a brindar la asistencia que fuese solicitada por un gobierno de Cuba.

-¿Sucesión o transición?

-El presidente Bush ha dicho claramente que una sucesión en Cuba no es aceptable, que tiene que haber una transición dirigida por el pueblo. Cuba pasará por una transición hacia la democracia y los funcionarios cubanos van a tener que rendir cuentas.

-¿Cómo ayudan al pueblo cubano?

-No enviamos ni un solo dólar para que no se interprete que son personas compradas. Lo que sí enviamos a través de ONG es material e información para la disidencia, que es el futuro.


Fuente: La Nueva Cuba
Octubre 27, 2005