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Grotesco espectáculo de
autoridades estadounidenses en contra de civiles cubanos.
Dramáticas escenas de desesperación fueron
trasmitidas en vivo a todo el mundo.
Política de deportación es engendro monstruoso de la era del Clintonato
y continuada por la actual administración republicana.
Diez balseros cubanos, que salieron desde
hace varios días de Puerto Padre, al este de la isla, fueron
interceptados en el mar por la Guardia Costera de Estados Unidos a pocas
millas de las playas nudistas de Hallouver, en Florida. Un bote de
madera: Los balseros habían construido un bote hechizo en madera que se
movía con el pequeño motor de un automóvil y emitía vapor a través de
una chimenea instalada en el centro de la nave.
Los diez hombres fueron arrestados después de un forcejeo entre los
oficiales estadounidenses y los refugiados cubanos, de acuerdo a
imágenes mostradas por Noticias 23. Forcejeo en el mar: Al momento de
ser interceptados, los cubanos se negaban a renunciar a su sueño de
tocar suelo americano y someterse a la ley de pies secos pies mojados
que les permite quedarse en el país.
En varias oportunidades resistieron la acción de las autoridades y
continuaron a todo vapor su rumbo hacia las costas. Faltando sólo 2
millas para llegar a tierra firme, oficiales del Departamento de
Seguridad interna con armas de largo alcance se sumaron al operativo y
embistieron la embarcación de madera. Tres de los cubanos que
permanecían en la proa cayeron al mar durante el impacto. De inmediato,
todos abordo se rindieron.
Las autoridades los esposaron y los subieron a la nave de la Guardia
Costera. Reconocen algunos balseros: Durante la transmisión en vivo de
Noticias 23, varios televidentes llamaron reconociendo a sus familiares
entre los balseros que viajaban en la embarcación. María López, de
Hialeah, llamó para decir que su primo Miguel Salanueva, de 34 años, iba
a bordo del bote y se mostró indignada por el tratamiento dado por la
Guardia Costera a los jóvenes.
María López reconoció a su hermano menor José López, de 27 años,
mientras que Joaquín González identificó a su hijo Sergey, de 21.
Joaquín dijo que se había puesto a llorar cuando vio que todo el
esfuerzo de su hijo de lanzarse a un mar embravecido por las tormentas
terminó en un arresto.
Las autoridades no han revelado los nombres de los balseros. Las
imágenes causaron de inmediato una reacción de indignación por parte de
abogados de inmigración y líderes del exilio cubano en Miami. Algunos
familiares se reunieron en Miami Beach para protestar frente a la bahía
y pedir que los balseros no sean devueltos a Cuba.
De acuerdo con la interpretación de la ley de Ajuste Cubano, que data de
los tiempos de Clinton, los refugiados cubanos que toquen territorio
estadounidense pueden quedarse en el país y aplicar para una residencia,
mientras que los que son interceptados en el mar son deportados de
vuelta a la isla y entregados a la policía política cubana.
Fuente:
La Nueva Cuba
Miami, Florida. E.U.
Univisión
Septiembre 24, 2005
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