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República Checa admite que
no se puede volver a las sanciones.
República Checa, el país más duro de la Unión Europea de cara al régimen
castrista, admitió el jueves que "técnicamente" ya no se puede volver a
las sanciones contra Cuba, aunque insistirá ante el resto de sus
asociados por exigir más apertura de parte de la isla.
Así lo afirmó el ministro checo de Relaciones Exteriores, Cyril Svoboda,
presente el jueves en un seminario sobre democracia, derechos humanos y
libertad de expresión en Cuba organizado en la sede del Parlamento
Europeo de Bruselas por los partidos liberal y de derecha europeos.
"Es técnicamente imposible volver a las sanciones, pero tampoco podemos
seguir igual", dijo Svoboda, en este encuentro que tuvo lugar un par de
semanas antes de la esperada decisión de la UE de mantener o no la
suspensión de las sanciones que había aplicado al régimen de Fidel
Castro en 2003, tras una ola represiva que llevó a la cárcel a 75
disidentes.
En ese sentido, el ministro checo confirmó que su país prepara un
proyecto en el cual se contempla continuar con el actual diálogo, aunque
ampliando las exigencias al régimen castrista.
Este texto será presentado en la reunión de cancilleres del 13 y el 14
de junio en Luxemburgo donde se tratará la cuestión, según Svoboda,
quien no quiso dar detalles porque "el proyecto está siendo negociado
para hallar un consenso".
De acuerdo con fuentes diplomáticas, República Checa, que pide una línea
dura contra Cuba, quiere que el presidente cubano Fidel Castro acepte a
partir del segundo semestre de 2005 "más contactos con la disidencia y
la sociedad civil, así como visitas a los presos políticos".
Si bien aún no se ha dado a conocer en forma oficial, los 25 Estados
miembros de la UE ya habrían tomado la decisión política de mantener el
levantamiento de las sanciones contra Cuba, impulsado por España y
vigente desde febrero pasado.
Esta posición quedó reafirmada la semana pasada tras una reunión
ministerial entre la Unión Europea y América Latina, en la que el Grupo
de Río dio un fuerte espaldarazo a la actual política comunitaria.
Fuente: La Nueva
Cuba
Junio 03, 2005
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