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Presentan Concilio
Legislativo por la Democracia en Cuba.
Por Rui Ferreira
En un indicio claro de que el tema cubano está tomando auge en
Washington, los legisladores cubanoamericanos lograron convencer a
colegas de ambos partidos a integrar el Concilio Legislativo por la
Democracia en Cuba, que será presentado hoy en el Capitolio.
El anuncio coincide, además, con la congregación en la capital de la
nación de unas 500 personas que abogan por una mejoría en los nexos con
la isla y el fin del embargo comercial, menos de un día después que el
congresista republicano Jeff Flake presentara en la Cámara de
Representantes, con el apoyo de 42 legisladores, otra enmienda que
liberalizaría los viajes a la isla.
Entre los fundadores del Concilio Legislativo se encuentran los
senadores republicanos Mel Martínez, George Allen y John Ensigh, y el
demócrata Bill Nelson; así como los congresistas republicanos Lincoln y
Mario Díaz-Balart, Ileana Ros-Lehtinen y Connie Mack, junto a los
demócratas Elliot Engel, Gary Ackerman, Kendrick Meek y Debbie Wasserman
Schultz.
Precisamente la unión de esta última legisladora llamó la atención de
observadores, porque es considerada dentro de los demócratas como una
fuerte crítica de las políticas republicanas y poco tendiente a
alinearse con ellos. Pero según Lincoln Díaz-Balart "Debbie siempre ha
sido una amiga de la libertad de Cuba''.
''Tenemos el apoyo de muchos congresistas y también de un sólido grupo
de senadores de ambos partidos. Este nuevo esfuerzo esta dirigido a
fortalecer nuestro mensaje pro democracia cubana en el Congreso, en un
momento en que el presidente [George W.] Bush se mantiene tan firme como
siempre en favor de la libertad para Cuba'', dijo Díaz-Balart a El Nuevo
Herald.
Al cierre de esta edición, el Concilio Legislativo todavía no había
finalizado la confección de su agenda, pero según un plan de trabajo
provisional, sus objetivos se centran en consolidar algunas de las
medidas contra el gobierno de la isla decretadas por la administración
Bush, como el embargo comercial, y abogar por la implementación de
nuevas tácticas más enérgicas hacia Cuba.
Algunas de las ideas de los legisladores incluyen promover la
solidaridad con la sociedad civil cubana y el movimiento a favor de la
democracia, insistir en el principio de reciprocidad en lo concerniente
a las actividades de cabildeo del gobierno cubano en territorio
estadounidense y exigir el castigo del gobierno cubano por los crímenes
cometidos contra ciudadanos estadounidenses.
Otro objetivo es impedir la aprobación de legislación que facilite los
viajes de estadounidense a la isla, como la enmienda que Flake entregó
ayer al pleno de la Cámara de Representantes.
''Los viajes tienen un efecto clave en los regímenes dictatoriales. Hace
45 años que Fidel Castro está allí y es tiempo de que los
estadounidenses se pregunten qué hemos logrado prohibiendo los viajes'',
dijo Flake ayer.
El anuncio de la creación del Concilio Legislativo coincide con la
realización del llamado ''Día de Acción Cubano'', una iniciativa que
este año congrega a unos 500 académicos, empresarios y activistas, en un
esfuerzo por lograr una mayor apertura hacia la isla.
Según Phil Peters, vicepresidente del Lexington Institute y asesor de
varios congresistas, la creación del Concilio Legislativo no es un gran
aporte al cabildeo por la política hacia la isla, pero pudiera despertar
divergencias entre sus participantes.
''Primero van a encontrar que la mayor parte de la gente en el Congreso
está de acuerdo con ellos en que en la isla se violan los derechos
humanos; es algo en lo que todos están de acuerdo, y seguro que va a
haber una resolución por el segundo aniversario del arresto masivo de
disidentes que demostrará eso'', dijo Peters.
Ahora, "en lo que representan los temas de política propiamente dicha,
van a encontrar que en cuanto a la prohibición de los viajes y las
medidas definidas por la comisión presidencial hacia Cuba, hay mayorías
en el Congreso que se han opuesto a ellas y eso no va a cambiar''.
''Una cosa es cierta, ellos van a tener dificultad en vender la idea de
que se puede compaginar una lucha por los derechos humanos en Cuba y
mantener a las familias separadas y prohibirles la comunicación'',
añadió Peters.
Ayer, el congresista Meek dijo que no apoya las restricciones a los
cubanos que quieren ir a la isla a ver sus familiares, y tampoco cree
que eso haga de él un opositor al movimiento democrático dentro de la
isla.
Fuente:
El Nuevo Herald
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