|
|
Se
traslada a la Florida la batalla por la Casa Blanca.
Lesley Clark
The Miami Herald
Tras tres encarnizados debates y millones de dólares en anuncios, la
contienda entre el presidente George W. Bush y el senador demócrata John
Kerry está básicamente empatada, preparando el terreno para lo que ambas
campañas prometen serán 18 días de frenética carrera.
La Florida promete ser la clave. Ambas campañas saldrán el sábado del
Medio Oeste y se dirigirán directo a la Florida y sus codiciados 27
votos electorales: el presidente Bush empieza el sábado en Fort
Lauderdale un recorrido en autobús por tres ciudades mientras que el
candidato vicepresidencial demócrata John Edwards estará en Miami el
mismo día. Kerry aparecerá en Fort Lauderdale el domingo antes de
recorrer el corredor de la Interestatal 4, rico en electores indecisos.
Las visitas llegan cuando la campaña cambia el centro de su atención de
los debates a la movilización de los electores en una docena de estados
indecisos, incluyendo la Florida, donde encuestas tras los huracanes
sugieren que los electores todavía parecen ansiosos de escuchar a los
contendientes.
''Estamos de vuelta a [la posición en que] estábamos antes del primer
huracán'', declaró Jim Kane, un encuestador independiente, editor del
Florida Voter en Fort Lauderdale. "Los electores se han sacudido los
huracanes y están listos a escuchar''.
Ambas campañas clamaron victoria en el debate del jueves.
La mayor parte de las encuestas instantáneas le dieron ventaja a Kerry.
Los estrategas demócratas lo consideraron un ''tres a cero'' y
sugirieron que su candidato había logrado borrar la ventaja de Bush
gracias al desempeño consistente y creíble de Kerry en los tres debates.
Afirmaron que el senador había derrotado los intentos de los
republicanos de presentarlo como un vacilante.
Según los demócratas, Bush se perjudicó con un pobre desempeño en su
primer debate en la Universidad de Miami y sólo se recuperó lentamente.
Kane aseguró que la actuación de Kerry había conseguido darle un aire a
la campaña demócrata.
''La gente estaba descartando a Kerry demasiado rápido, creyendo que no
había podido demostrar que podía sustituir a Bush'', indicó Kane.
Las cifras publicadas el jueves sugerían que los debates habían
despertado el interés del público: el debate del miércoles tuvo 51.2
millones de telespectadores, más que los 46.7 millones que vieron el
segundo debate y menos de los 62.5 millones que observaron el primero,
el 30 de septiembre en la Universidad de Miami.
Marc Racicot, presidente de la campaña de Bush, declaró que Kerry "se
ayudó temporalmente con el primer debate pero esa ayuda se debilitó en
el segundo y luego empezó a disiparse''.
Bush descartó las opiniones negativas de la prensa.
''Los analistas tienen sus opiniones pero sólo hay una opinión realmente
importante y esa es la opinión del pueblo americano el 2 de noviembre'',
comentó el Presidente a los reporteros durante una rara visita a la
cabina de la prensa en el avión presidencial."Me siento muy bien y estoy
muy satisfecho con la situación''.
Bush está recordando algo de su campaña del 2000 al enviar gobernadores
republicanos por todo el país en su defensa. Hoy, el gobernador de Nueva
York George Pataki hará campaña por Bush en Miami, y se unirá al
gobernador Jeb Bush en un acto en Orlando.
Su tema: criticar a Kerry como un senador ultraliberal que siempre
quiere dar soluciones gubernamentales a todos los problemas.
Se espera que Kerry repita que Bush está del lado de las grandes
corporaciones a expensas de los trabajadores.
Ambas campañas piensan movilizar lo que han calificado de campañas sin
precedentes en su base electoral, que irán de puerta en puerta
exhortando a los electores a las urnas.
El representante Kendrick Meek, presidente de la campaña de Kerry en la
Florida, comparó el esfuerzo de los demócratas con el más violento de
los huracanes. ''Cuando empiece'', aseguró, "va a ser un categoría 5''.
Fuente: El Nuevo Herald
|
|