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La sospecha
de fraude enfurece a los votantes venezolanos.
Gerado Reyes y Helena Poleo/El Nuevo Herald
CARACAS
Una ola de furia y decepción se desató ayer en este país entre millones
de votantes de la oposición, que consideran que el gobierno cometió un
masivo fraude en la recepción de los votos del referendo con el que se
pretendía revocar el mandato del presidente Hugo Chávez.
Ante las múltiples dudas, el gobierno de Estados Unidos declinó sumarse
a observadores de la OEA y el Centro Carter, que validaron el triunfo
del presidente del petrolero país suramericano, y pidió una
investigación rápida, completa y transparente.
Con gritos y pancartas que condenaban la presunta maniobra electoral del
gobierno, un grupo de amas de casa irrumpió en la sala de prensa del
Hotel Meliá Caracas, donde docenas de periodistas esperaban a los ex
presidentes Jimmy Carter y César Gaviria, secretario de la OEA, para
conocer sus opiniones sobre la jornada electoral.
''Nos han engañado vilmente. La gente seria no puede quedarse así con
esos resultados'', dijo María Fernández, una de las manifestantes.
Horas más tarde los ánimos subieron de temperatura, al conocerse el
espaldarazo que Carter y Gaviria dieron a los resultados dados a conocer
por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en la madrugada del lunes,
concediendo la victoria de la jornada a Chávez.
''Nuestra información coincide con los resultados presentados por el CNE'',
aseveró Carter. "Todos los venezolanos deberán aceptar los resultados
del CNE''.
Gaviria admitió, sin embargo, que el organismo electoral no le permitió
el ingreso al salón de totalización de los votos. Lo mismo ocurrió con
Sobilla Mejías y Ezequiel Zambrano, rectores principales del consejo, e
identificados con la oposición.
La misión de observadores de la OEA no consideró la determinación de
impedir el ingreso a los dos rectores ni al ex presidente, como un
indicio de irregularidad.
''Mientras no aparezca un elemento de fraude, no vamos a poner los
resultados en duda'', afirmó Gaviria, quien el mes próximo deja el
secretariado de la OEA.
El golpe electoral, que la oposición bautizó como ''el madrugazo'' de
Chávez, generó una serie de protestas callejeras en todo el país.
Una mujer exclamaba insultos frente a un televisor de un restaurante de
esta ciudad al escuchar que estados como Miranda y Zulia, conocidos por
su antichavismo electoral, habían votado a favor del `No'.
Chávez clamó victoria desde el ''balcón del pueblo'' del Palacio de
Miraflores ante centenares de trasnochados seguidores que lo escucharon
bajo la lluvia, algunos de ellos envueltos en banderas de Brasil y Cuba.
''Invito a todos de la oposición que vengan con nosotros a comenzar esta
nueva etapa de reconciliación profunda'', dijo Chávez. ``Pasaré a la
historia por ser el presidente más evaluado''.
Chávez agregó que la victoria electoral es una derrota para el
presidente George W. Bush.
''Me han informado que la pelota cayó en el centro de la Casa Blanca, un
regalo para Bush'', afirmó Chávez, en uno de sus usuales símiles
beisboleros.
El mandatario basó su triunfo en un comunicado del CNE que divulgó los
resultados del 75 por ciento de las mesas escrutadas tras una jornada de
18 horas de votación.
Según el controversial boletín, que se produjo en medio de una
confrontación de los directivos del CNE de ambos bandos en pugna, el
árbitro electoral otorgó la victoria a Chávez con el 57.83 por ciento
frente al 42.17 por ciento de los sufragios de la oposición.
Las denuncias de fraude, planteadas por la Coordinadora Democrática, que
reúne el bloque de la oposición, apuntaban a que existen enormes
discrepancias entre las cifras obtenidas por la oposición en sondeos de
boca de urna el domingo en la noche y las reveladas por el CNE.
Pero quizás la inconsistencia que causó mayor indignación, según
explicaron, fue que el total de votos de la oposición revelados por el
CNE no llegó a superar la cifra de firmas recaudadas para pedir la
convocatoria del revocatorio.
''Esto fue un fraude gigantesco'', afirmó Henry Ramos, secretario
general de Acción Democrática.
Representantes de la organización civil Súmate, que siguieron la
votación a través de sondeos de boca de urna y otros métodos,
concluyeron ayer que tienen ''serias dudas'' sobre los resultados.
María Corina Machado, directiva de la organización, explicó que si bien
no tiene mayores cuestionamientos de la sumatoria de los votos, lo cual
es una operación sencilla, las grandes dudas surgen de la manera como
las máquinas del 'Sí' y el 'No', registraron los votos.
Esas cifras, agregó Machado, no coinciden con las listas de registro que
recaudó Súmate.
La posibilidad de que el supuesto fraude se hubiera perpetrado en la
primera fase del proceso de votación, llevó a varios miembros de la
oposición a especular que el programa de los aparatos fue manipulado
para convertir en 'No', miles de votos por el 'Sí' a través de un efecto
conocido como ``espejo''.
La Coordinadora Democrática anunció que solicitará una auditoría
completa a la votación del domingo. En la tarde del lunes Chávez recibió
el respaldo de varios países latinoamericanos, entre ellos el del
gobierno de Costa Rica, que simultáneamente anunció que revocó el asilo
territorial al dirigente opositor venezolano Carlos Ortega, basado en
que éste violó las normas que rigen esa condición.
Fuente: El Nuevo Herald
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