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Artículos
Dialogorrea reconciliante
Por Lázaro González Valdés, ex preso de
conciencia
Se trata de un mal que deteriora la capacidad de análisis de quienes lo
sufren, haciéndoles especular que el diálogo sería el procedimiento para
reconciliar a las víctimas con sus opresores (sin arrepentimiento de
éstos ni castigo para sus crímenes) y solucionar el conflicto en Cuba.
La primera manifestación de este flagelo podría ubicarse en 1988 cuando
integrantes del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba (PPDHC) solicitaron
un plebiscito al Partido Comunista (PCC), petición para la cual
recogieron miles de firmas conforme a la ley vigente en aquel momento,
pero los contagiados recuperaron su salud por las dosis represivas que
les infligió la policía política.
A pesar de esa experiencia, otros grupos disidentes y opositores han
padecido posteriormente la enfermedad sufriendo las mismas consecuencias.
El caso más notorio es el Proyecto Varela, propuesta que además de
recibir la consabida represión policial motivó al PCC a torcer aún más
su constitución hasta el punto de legalizar arbitrariamente la
irrevocabilidad del sistema comunista en Cuba.
Sin embargo estos hechos no bastaron para detener el flagelo ni se han
adoptado medidas profilácticas de raciocinio en contra de él por lo que
la infección se ha extendido a sectores de la iglesia católica y sus
laicos, quienes a su vez han contagiado a algunos analistas y expertos
en diversas ramas del saber como se confirma en las ponencias de la X
Semana Social Católica.
Un síntoma nuevo y preocupante de la enfermedad se ha detectado en el
resumen que el cura Jorge Cela hace de ese evento. El sacerdote señala
como “sujetos del diálogo” los siguientes:
+ Entre cubanos en Cuba
+ Entre Iglesia y Estado
+ Entre cubanos en la diáspora
+ Entre cubanos en Cuba y en la diáspora
Por lo tanto, siguiendo el razonamiento de Jorge Cela los cubanos deben
dialogar entre ellos pero no cuestionar a los funcionarios del Estado,
quienes serían exclusivos interlocutores de la jerarquía católica de
acuerdo a lo dicho por él. Este papel de mediador no solicitado podría
agravar la dialogorrea reconciliante pues considerar que una
conversación entre víctimas conllevaría libertades básicas para la
sociedad cubana es como esperar yucas de un árbol de aguacates.
No pretendo saber todo sobre esta patología pero debemos deschavar
públicamente sus trastornos ya que en cualquier momento algún enfermizo
proyecto religioso (o laico, o disidente, o mixto) podría convocar a las
víctimas del comunismo para que le pidan perdón a los criminales del PCC.
*Lázaro González Valdés, Exprisionero político
(conciencia) en Cuba, fue uno de los cinco ejecutivos principales de
Concilio Cubano y fue detenido durante la ola de arrestos que fue causa
parcial de la no celebración del Concilio Cubano en 1996. Actualmente
reside en Miami y continua contribuyendo a la causa de la libertad de
Cuba, dirige la página de Internet Semanario a Fondo, Dirige S.O.S.
Justicia, organización encargada de recoger denuncias de violaciones a
los Derechos Humanos cometidas por el actual sistema comunista en Cuba
para en su momento oportuno tornar dichas denuncias a los tribunales
competentes.
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