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Artículos
Las tribulaciones del torturador en jefe
Por Lázaro González Valdés, ex preso de conciencia
Fidel Castro revela sus problemas de salud -los
cuales calificó de “calvario”- en entrevista concedida a Carmen Lira
Saade, directora del diario mexicano La Jornada.
“Llegué a estar muerto”, confesó el dictador quien le aseguró a la
periodista: “Pero reviví (...) estás ante una especie de resucitado”.
Castro se quejó de haber sobrevivido “en muy malas condiciones físicas”
y también le dijo a la reportera que “no sólo tuvo que aprender a
caminar, sino también, a sus 84 años, debió volver a aprender a escribir”.
“Imagínate. Un tipo de mi altura pesando 66 kilos”, agregó Castro.
Llama la atención el uso de las palabras “calvario” y “resucitado” en
contexto donde la curia diocesana relanza sus pedidos de reconciliación
con los comunistas y cese del embargo comercial contra ellos, en tanto
que el consejo de laicos de La Habana convoca a un foro político del
cual excluye a todo anticomunista residente en Cuba o en el extranjero.
¿Casualidad?
Volviendo a las tribulaciones de Fidel Castro recuerdo mi estancia en la
prisión 1580, ubicada en el municipio capitalino San Miguel del Padrón,
donde a principios de 1996 era diario el fenómeno de reclusos cayendo
desmayados por hambre. Cuando sus cabezas sonaban contra el suelo como
cocos secos otros presos eran obligados por los carceleros a cargar a
los desmayados hasta la enfermería donde los acostaban para que
volvieran en sí, único tratamiento disponible para esos desnutridos.
En contraste, Castro admite “me he vuelto médico con la cooperación de
los médicos. Con ellos discuto, pregunto, aprendo”.
Una versión corre por la capital cubana de boca en boca. Según ella en
el Instituto de Biotecnología existe hace años un departamento especial
cuya tarea única es “levantar al comandante en jefe a cualquier precio”.
Se habla además de células madres, nanotecnología, procedimientos
científicos aún en fase experimental y, por supuesto, de decenas de
millones de dólares imperialistas.
Entretanto el criminal sistema penitenciario del partido comunista
aniquila tanto la salud física como mental de presos políticos y comunes.
Vuelvo a rememorar mi estancia en la 1580 así como en los penales
Combinado del Este y Micro Cuatro. Nunca podré borrar de mi mente las
imágenes de aquellos presos caquécticos, ni la barraca donde confinaban
a los más desnutridos para darle doble ración de salcocho por 30 días y
luego regresarlos para que se desnutrieran nuevamente debido a la
inhumana ración de alimentos. No podré olvidar como rasuraban cientos de
confinados con la misma hoja de afeitar, las plagas de piojos, las
legiones de ratas comiéndose las pocas pertenencias de los confinados,
las invasiones nocturnas de cucarachas, la falta de agua en los baños
desbordados de heces, los colchones de malangueta (yerba silvestre) que
no alcanzaban para todos, los ayes de reos con flemones por dientes
podridos, los funcionarios penales robándose los escasos suministros de
la cárcel. Tampoco olvidaré aquellas víctimas que tuvieron sexo anal por
un vaso de azúcar y oral por cuatro cigarrillos, ni a quienes se
endrogaban con las pastillas que los guardias vendían en la bolsa negra
carcelaria.
¡Y Fidel Castro se queja porque bajó a 66 kilos, ahora subió a 86, y ha
podido caminar solo 600 pasos sin bastón ni ayuda!
¡Qué cobardía la del comandante en jefe de los comunistas!
*Lázaro González Valdés, Exprisionero político
(conciencia) en Cuba, fue uno de los cinco ejecutivos principales de
Concilio Cubano y fue detenido durante la ola de arrestos que fue causa
parcial de la no celebración del Concilio Cubano en 1996. Actualmente
reside en Miami y continua contribuyendo a la causa de la libertad de
Cuba, dirige la página de Internet Semanario a Fondo, Dirige S.O.S.
Justicia, organización encargada de recoger denuncias de violaciones a
los Derechos Humanos cometidas por el actual sistema comunista en Cuba
para en su momento oportuno tornar dichas denuncias a los tribunales
competentes.
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