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Artículos
Argucia con premeditación
Por Lázaro González Valdés, ex preso de conciencia
El debate en torno a la intervención de algunos
católicos en el conflicto político del pueblo de Cuba en general, y en
cuanto a la liberación de varias decenas de presos de conciencia en
particular, ha traído a colación una argucia que vale la pena analizar
para dejar constancia de la premeditación de la misma a favor de la
increíble coartada del partido comunista, asociación causante del
mencionado conflicto y cuyas siglas son PCC.
Se trata de la falacia según la cual cualquier restricción económica que
se use contra la dictadura del PCC conllevaría al empeoramiento de las
condiciones de vida de los cubanos en la isla.
Sin embargo hechos irrefutables demuestran lo contrario. Me refiero a
normas impuestas precisamente por los comunistas en la Constitución
donde su Artículo 16 dispone que “el Estado organiza, dirige y controla
la actividad económica nacional (...), a fin de fortalecer el sistema
socialista” y en el Artículo 18 lo proclama dirigente y controlador
exclusivo del comercio exterior.
Ahora la siguiente pregunta cae como la manzana de Newton: ¿cuál es la
definición de Estado en la magna ley del PCC?
Al respecto el Artículo 5 sentencia que “El Partido Comunista de Cuba
(...), es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que
organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la
construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”.
Traducido a lenguaje comprensible lo anterior significa que el PCC es el
Estado, y por ley transitiva este grupo controla todas las actividades
comerciales y económicas con el principal fin político de construir el
sistema comunista. Quienquiera que de hecho se oponga a cualquiera de
esas normas injustas viola el orden constitucional y el audaz pagará con
cárcel entre otras torturas mentales y físicas con que será aderezado
como medida profiláctica social.
Por lo tanto el sofisma queda al desnudo. Solo resta decirlo como en el
cuento del niño y el rey encuero. Sin embargo, a pesar de lo evidente
algunos católicos como el cardenal Jaime Ortega insisten en considerar
perjudicial para el pueblo oprimido el embargo que Ortega llama
“bloqueo” igual que los voceros de la dictadura.
Por su parte, El Vaticano también baila al son de los guaracheros
comunistas y entre tumbas y cencerros ratifica la argucia de marras como
se confirma en nota de prensa de Palabra Nueva que expresa: “La Santa
Sede se ha declarado siempre en contra del embargo, y por lo tanto
solidaria con los sufrimientos del pueblo, y dispuesta a apoyar toda
perspectiva de diálogo constructivo”.
Desglosando lo antedicho ¿por qué la curia vaticana, consecuentemente
con su prédica, nunca ha dialogado con los opositores del PCC? ¡Seguro
que miles de ellos aceptarían la invitación!
Además cuando se declara estar en contra del embargo porque
presuntamente por su culpa los cubanos sufren pero no se denuncian los
sufrimientos de quienes en Cuba por norma constitucional (como se
demostró anteriormente) se les priva del derecho a comerciar libremente,
cuando esto sucede se confirma la postura de hipocresía y la falsedad
del Vaticano cuando dice estar al lado del oprimido.
La argucia premeditada podrá persistir de modo temporal por la obra de
estos fariseos con poderes terrenales, pero en ese universo de libertad
que es la mente quien sepa razonar verá la verdad y, según algunos
libros sagrados, la verdad libera.
*Lázaro González Valdés, Exprisionero político
(conciencia) en Cuba, fue uno de los cinco ejecutivos principales de
Concilio Cubano y fue detenido durante la ola de arrestos que fue causa
parcial de la no celebración del Concilio Cubano en 1996. Actualmente
reside en Miami y continua contribuyendo a la causa de la libertad de
Cuba, dirige la página de Internet Semanario a Fondo, Dirige S.O.S.
Justicia, organización encargada de recoger denuncias de violaciones a
los Derechos Humanos cometidas por el actual sistema comunista en Cuba
para en su momento oportuno tornar dichas denuncias a los tribunales
competentes.
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