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Artículos
“La Cumbre sobre la Transición hacia la Democracia en Cuba” del 13 de
octubre, 2006
Por Lincoln Díaz-Balart
A continuación reproduzco una parte de mis palabras
pronunciadas en la “Cumbre sobre la Transición Hacia la Democracia en
Cuba” que tuvo lugar en el Sur de la Florida el 13 de octubre, y que
contó con la participación del Gobernador de la Florida Jeb Bush, el
Secretario de Comercio de Estados Unidos Carlos Gutiérrez, la
Subsecretaria de Estado de Estados Unidos Paula Dobriansky, el Senador
Mel Martínez, los tres Congresistas cubano-americanos del Sur de la
Florida, e ilustres invitados y dignatarios de Europa Central y
Oriental.
“En este día en el Sur de Florida, Estados Unidos, Hungría, la República
Checa, Polonia, Eslovaquia, Lituania, y Eslovenia, reunidos formalmente
como los “Amigos de la Cuba Democrática”, honran y rinden tributo al
noble pueblo de Cuba – en la isla oprimida y en el exilio – y reconocen
publica y oficialmente a través de sus gobiernos democráticos, que el
pueblo de Cuba tiene derecho a recobrar su hoy secuestrada soberanía, a
través de elecciones libres y pluripartidistas, y a vivir en una
democracia representativa y en un Estado de Derecho. Y piden al resto de
la comunidad internacional que se una a esta justa e impostergable causa,
como lo ha hecho tan admirablemente el Presidente de la hermana
República de Costa Rica, Oscar Arias.
A todos los países, “Amigos de la Cuba Democrática” aquí presentes, les
damos las gracias y les decimos que pocas veces han sido tan apropiadas
las palabras del Apóstol de la libertad de Cuba, Jose Martí: “honrar,
honra”.
Este acto es importante por muchas razones. Es obvio ya que no solo
Estados Unidos está junto al derecho de los cubanos de ser libres, sino
también muchos países de supremo prestigio y peso moral, los “Amigos de
la Cuba Democrática”. Eso es importante porque indudablemente uno de los
grandes culpables de la pesadilla totalitaria cubana de casi cuarenta y
ocho años de duración ha sido la falta de solidaridad internacional con
Cuba.
Esa falta de solidaridad se manifiesta de múltiples formas. Por un lado
están los relatores de la mentira, muchos hasta acreditados como
periodistas extranjeros dentro de Cuba, pero temerosos de perder sus
privilegios si escriben la verdad. Por otro lado, vemos a los promotores
del pesimismo, propagando el desaliento en satisfacción de los intereses
económicos que sirven. Como decía Rafael Diaz-Balart, “vender esperanzas
es cruel; promover el pesimismo y el desaliento es canallesco”.
Cuba será libre pronto y los cubanos crearán una República estable, por
varias razones:
Primero, por el heroísmo de los cubanos y sus líderes dentro y fuera de
las prisiones, y por la ayuda del exilio. Desde 1959 las ergástulas de
la tiranía han estado llenas de hombres y mujeres que representan lo
mejor de la nación cubana, y se ha producido un relevo nacional del
liderazgo cubano. Biscet, Antunez, Rafael Ibarra, Bonne Carcasses, Gómez
Manzano, Vladimiro Roca, Marta Beatriz Roque, y muchos más constituyen
claros ejemplos de este relevo que se ha producido.
Segundo, los cubanos nunca han estado más unidos. Martí logró unir a los
independentistas, pero nunca unió ni pretendió unir a los autonomistas,
anexionistas, y colonialistas. Se ha producido un CONSENSO NACIONAL hoy
en favor de una República soberana con democracia representativa y un
Estado de Derecho; esa meta une a la abrumadora mayoría de todos los
cubanos, tanto en la isla esclavizada como en la diáspora. En Cuba vimos
el histórico “Acuerdo por la Democracia” firmado por casi todas las
organizaciones de la oposición interna y del exilio en 1998, y, en 2005
vimos el impresionante logro de la reunión nacional convocada por la
Asamblea para Promover la Sociedad Civil.
En la diáspora, la unidad de pensamiento y de objetivos se manifiesta
cada dos años en las urnas a través de los márgenes del voto
cubano-americano obtenido por Mel Martínez, Bob Menéndez, Ileana
Ros-Lehtinen, Mario Diaz-Balart y yo. Y por la unidad en los objetivos
para Cuba manifestados por la gran mayoría de las organizaciones
representativas del exilio. En este panel que compartimos en estos
momentos, por ejemplo, no se puede escapar el significado unitario de la
presencia de Armando Pérez-Roura, Manuel Vázquez Portal y Yaniset Rivero
Gutiérrez.
Tercero, el poder político de la diáspora se ha utilizado para que no
haya ninguna concesión unilateral a la dictadura cubana. En 1996 el
poder político de los miembros cubano-americanos del Congreso logró la
codificación del embargo de Estados Unidos hacia la tiranía y ese poder
político, conjuntamente con la firmeza del Presidente Bush, y del uso
del voto en forma de “bloque” de la diáspora en el estado de la Florida,
continuarán frustrando todo intento para otorgarle concesiones
unilaterales a la tiranía.
Cuarto, como ha durado medio siglo el horror y la destrucción de la
tiranía anti-cubana de los hermanos Castro, después de la transición
democrática en Cuba, el “techo político” de los simpatizadores de la
tiranía de hoy, que pretendan “reciclarse” en el futuro, será muy bajo.
La realidad es que ni siquiera muchos de los que hoy en día siguen en el
régimen, ya creen en ese régimen.
Quinto, el poder absoluto y totalitario de Fidel Castro no es
transferible. A pesar de haber sido supuestamente “traspasado” a su
hermano, el poder absoluto sigue en manos del moribundo tirano. Nadie en
Cuba se atreve a tomar una decisión que pueda molestarlo. Los intentos
de perpetuar la aldea potemkin totalitaria de hoy en Cuba no podrán
resistir la voluntad y las ansias de libertad del pueblo cubano y sus
verdaderos líderes. No se podrá perpetuar éste régimen racista, a pesar
de sus continuas redadas y detenciones preventivas contra la juventud
cubana, redadas que recogen jóvenes en más de un noventa por ciento
negros, por el miedo que le tiene el régimen a la creciente oposición de
la juventud. La realidad es que la muerte de Fidel Castro es necesaria
para que el futuro de Cuba pueda comenzar.
Y sexto, es fundamental el apoyo internacional que realmente está
comenzando solo ahora en favor del pueblo de Cuba y su derecho a
recobrar su hoy secuestrada soberanía a través de elecciones
pluripartidistas y el establecimiento del Estado de Derecho. Ese
incipiente pero admirable apoyo internacional para el pueblo de Cuba y
sus líderes lo vemos aquí hoy en los “Amigos de la Cuba Democrática”, y
en Latinoamerica en las dignas actitudes manifestadas por el Presidente
Arias de Costa Rica y el Presidente Saca de El Salvador.
Fuente: Diario Las Americas
Publicado el 10-19-2006
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