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Enloquece un guajiro en Tumba Cuatro por controversia política.
Por Lázaro González Valdés
Créalo o no Eutimio de la Paz tuvo que ser ingresado en el hospital
psiquiátrico de La Habana (también conocido por Mazorra) por causa de la
controversia política que tuvo lugar en su bohío el domingo último ¡Quién
lo diría porque este guajiro residente en el caserío Tumba Cuatro
parecía más fuerte que su buey Lucero!
Como era de esperar la noticia se difunde de boca en boca por los campos
y ciudades pues ni Granma, ni Juventud Rebelde, ni Trabajadores, ni
Tribuna de La Habana, ni los demás medios de la prensa escrita, radial o
televisiva publican reportes relacionados con los cubanos comunes (esos
que llaman “de a pie” al parecer porque su modo de transporte usual son
sus extremidades inferiores) que no estén acorde con “los principios de
la sociedad socialista”, eufemismo con que el partido comunista
enmascara la imposición de sus arbitrariedades.
Las versiones que circulan al respecto indican que los hechos sucedieron
de la siguiente manera:
Eutimio se hallaba sentado en uno de sus taburetes que recostó a la
puerta del bohío cuando un disidente que recogía firmas para el Proyecto
Varela se presentó en el sitio pidiéndole que suscribiera la propuesta
de plebiscito.
-Carijo, ¿cómo podré poner mi firma en algo que no conozco? Eche su
naturaleza en este taburete y explíqueme de qué se trata -dijo el
guajiro al tiempo que le señaló al disidente otro de los rústicos
asientos.
El hombre se sentó y comenzó a explicarle a Eutimio que el Proyecto
Varela propone una consulta popular para que los cubanos voten a favor o
en contra de algunos derechos básicos, de una amnistía para los presos
políticos que no hayan estado vinculado a la lucha armada y de algunas
reformas a la ley electoral.
-Deje ver si entendí. ¿Si firmó este proyecto que usted me pide el
pueblo cubano podrá decidir en las urnas si quiere derecho a expresarse,
asociarse y manifestarse libremente, entre otras cuestiones?
-Positivo Eutimio. Ya cogió la idea central del Proyecto Varela. ¿Se une
o no?
-Bueno, vamos despacio como mi buey Lucero porque entodavía el asunto no
me luce claro como la luna llena y, déjame aclararte algo, este guajiro
no es universitario pero no le pone su firma a lo que no vea bien pues
no es la primera vez que me joden por tener más agilidad en la mano que
maneja el lápiz que en las entendederas. Por lo tanto, te pregunto: ¿y
si el pueblo decide en esa votación que no quiere, por ejemplo, el
derecho de expresarse con libertad y yo si lo quiero?
-Magnífica pregunta ...
-¡Claro que es excelente la pregunta que te lanzó Eutimio! -recalcó un
opositor que llegóe; al bohío sin que el disidente ni el guajiro se
percataran de su presencia.
El opositor, que conocía al disidente y a Eutimio, intercambió saludos
con ambos y agregó: -Perdonen que interrumpa la charla pero creo que
llegué en buena hora porque vengo buscando el apoyo de Eutimio para el
programa de desobediencia civil que dirige el preso de conciencia doctor
Oscar Elías Biscet y, como escuché que debaten sobre el Proyecto Varela,
con el mayor respeto a mi hermano disidente señalo que los derechos
básicos no se pueden someter a ninguna consulta popular porque son
inalienables y nos pertenecen a todos según expresa la Declaración
Universal de Derechos Humanos de la ONU.
-¡Alabao sea Dios! -exclamó el guajiro-, ahora todo se ha enredao como
la yerba mala alrededor del retoño de maíz. ¿No me había dicho usted (se
dirigió al disidente) que votaríamos en favor o en contra de esos
derechos en una consulta popular?
-Sí, señor.
-Pues entonces ¿por qué ahora este otro me asegura que esos derechos son
inalie ... no sé qué cosa y no se pueden llevar a ninguna votación?
-Bueno, Eutimio -declaró el disidente-, lo que sucede es que el Proyecto
Varela es una estrategia inteligente de lucha pacífica que se basa en
las leyes vigentes en el país para pedir el plebiscito pero sabemos,
estamos convencidos de que la mayoría del pueblo cubano votará que sí
por la instauración de los derechos humanos.
-Aguántense ahí mismo compañeros -gritó el presidente local de la
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) que había llegado al
lugar como caído del cielo-, nada de reformas al sistema más justo que
haya conocido la humanidad ni de peticiones no autorizadas al gobierno
socialista que les ha dado todo lo que tienen, educación, salud,
seguridad social ...
-¡Mal rayo te parta en dos presidente de la ANAP! No me vengas con
cuentos de pacotilla que mes tras mes te pago la cuota de la asociación
y contrimás te pago menos tengo y más trabas me ponen para trabajar. No
me venden abono, ni semillas, ni tuberías para regar, ni hierros pa
romper la tierra, ni guataca, ni machete, ni guantes, ni botas, ni ropa,
ni un carijo ... Hasta las tres vacas flacas que hay en esta tierra que
heredé de mi padre son del estado socialista porque no las puedo matar y
comerme su carne sin que me echen un montón de años en la cárcel. Así
que cállese la boca y deje que hable la juventud con sus ideas frescas
porque ya lo tuyo mete miedo y si no te conociera de toda la vida te
echaba de mi rancho a planazo limpio.
-Compañero Eutimio ...
-Al carijo con tu palabrita de “compañero” que de tanto oírla ya me da
ganas de c... arriba de una mata de guao porque es preferible la
hinchazón de c... que el teque que aprendiste en la escuela provincial
de cuadros del partido comunista. ¡Cállese y que hable la juventud!
-Como te decía Eutimio, la mayoría del pueblo cubano votará a favor de
los derechos que exige el proyecto Varela ...
-Aguántate tú también -rezongó el guajiro-, ¿pa qué carijo vamos a votar
entonces si la mayoría de la gente está por los derechos humanos que
este otro dice que no se pueden llevar a ninguna votación? ¿No es mejor
exigirle al gobierno que nos dé lo que queremos y san se acabó?
-Compañero Eutimio parece mentira que usted desconozca que el gobierno
revolucionario, el estado socialista en tránsito hacia el comunismo, que
es la fase superior a la cual arribaremos pronto conducidos por nuestro
invencible guía el comandante invicto Fidel Castro Ruz, le da a usted
todos los derechos humanos que se le niegan a los habitantes de los
países capitalistas, de ese imperio encabezado por Estados Unidos de
América que nos quiere destruir contratando mercenarios a través de su
Sección de Intereses en La Habana, fabricando grupúsculos
contrarrevolucionarios cuyo propósito es reinstaurar el pasado de
oprobio que existía en nuestro país antes de 1959 ...
-¡Respete señor funcionario que no somos ningunos mercenarios de nadie!
Nosotros actuamos de acuerdo a los principios establecidos en la
Constitución de 1976 -se defendió el disidente.
-Si señor, respete, que en ningún momento lo he ofendido llamándole
chivato o cómplice del grupo criminal que detenta el poder en Cuba hace
casi medio siglo -añadió el opositor.
-¡Carijo, carijo y carijo, qué esta es mi casa y aquí el orden lo pongo
yo! Ni puyas ni dime que diretes. Se acabó la habladera. Aquí hay que
hacer algo ahora mismo porque nos jo... todos ...
Y dicho esto, el guajiro agarró su machete, se montó “al pelo” en su
caballo viejo y la emprendió a machetazos contra todo árbol que
encontraba en su camino. Se comenta que de lejos y a contraluz Eutimio
parecía El Quijote sobre Rocinante cargando contra los molinos de viento.
Ni siquiera los policías de la brigada especial, famosos por sus abusos
contra la población indefensa, se atrevieron a detener al guajiro. Sólo
cuando sus manos ya no podían sostener el machete, luego de dos días
dando planazos a diestra y siniestra, fue que dos enfermeros lograron
ponerle la camisa de fuerza y trasladarlo hasta Mazorra. Una fuente del
hospital, que no quiso ser identificada, confirmó que el guajiro repite
una y otra vez: “!Basta de habladera! ... Ni puyas ni dime que diretes
... ¡Basta de habladera! ... ni puyas ni dime que diretes ... ¡Basta de
habladera! ...”.
Fuente: Semanario a Fondo.
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