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Los caballos de Troya
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Por Miguel A. García Puñales

Entre el trabajo de supervivencia y las campañas que desde suelo español se organizan para ayudar en lo posible al gran objetivo común de una Cuba democrática, me ha faltado tiempo para acudir a la cita con los amables lectores.

Casi a punto de terminar un pequeño ensayo sobre los métodos represivos en los estados totalitarios, recibo un correo que ¡lo juro! me ha hecho verificar incluso la dirección IP del remitente, tan increíble me ha parecido el texto.

Como conocen los que ojean las páginas que publico en esta columna, cualquier cosa me caracteriza como escribano, salvo la brevedad; ya lo dice el refrán “lo bueno si breve, dos veces bueno”, en este caso ni bueno ni breve, pero al menos trataré de hacerlo legible.

Entre las muchas noticias que se generaron a raíz de las pasadas elecciones americanas, una de ellas publicada en variados entornos -en especial de agencias de prensa- fue la que originó el correo al que haré referencia.

Personalmente no es que sea substancialmente partidario de las actividades sociales en consulados y embajadas a que se invita a la disidencia, mucho menos en residencias particulares de miembros del cuerpo diplomático acreditado en la Isla; salvo que tales participaciones representan de por sí una especie de legitimización a la oposición interna y demás estructuras de la renacida Sociedad Civil, demostrado por la soberbia con que el gobierno cubano ha acogido tal medida en el caso de las invitaciones a los actos por las fiestas nacionales de los países miembros de la UE.

Preferiría por ejemplo, que las organizaciones de la oposición y la sociedad civil recibieran alguno de los estatus previstos en el derecho internacional para el reconocimiento formal de las contrapartes y se adoptaran – es sólo un ejemplo- invitaciones oficiales para participar como observadores en las sesiones parlamentarias y de los senados de los diferentes países con representaciones diplomáticas acreditadas en La Habana. Incluso como consejeros de organizaciones regionales acreditadas en Cuba, ¡eso si fuese un reconocimiento explícito! y no dependería de cambios más o menos humorales de las políticas exteriores o de las presiones manifiestas de los inversores en la Isla.

No obstante hemos defendido desde numerosas páginas el derecho de los opositores a participar en los actos sociales por las fiestas nacionales, si alguien lo duda, puede remitirse a la carta abierta que en esta misma columna dirigimos al presidente español Rodríguez Zapatero.

Terminado este largo preámbulo –o como quiera que le llamen los filólogos entendidos en la materia- volveré al asunto que esbocé algunos párrafos más arriba.

La noticia fue difundida por France Press el mismo día de las pasadas elecciones presidenciales en Estados Unidos. Tal y como ocurrió en todas las embajadas americanas en el exterior, -en este caso en la residencia del encargado de la oficina de intereses en La Habana Sr. James Cason-, se habilitaron urnas electorales. Sólo que en esta oportunidad se efectuó una votación simbólica donde no sólo se optó –siempre citando a la agencia francesa de prensa- por alguno de los candidatos a las presidenciales americanas, sino por las privativas que deberían signar los futuros gobiernos democráticos en la Isla.

Después de asistir como observador a la desproporcionada campaña mediática orquestada en España a raíz de las presidenciales de los Estados Unidos, donde tal parecía que se estaba eligiendo al futuro jefe de estado español, no es de extrañar que la extrema polarización generalizada en todo el orbe, de alguna forma obnubilara el raciocinio de los dirigentes opositores que asistieron a la invitación.

Que conste, que no los estoy criticando, intuyo en su acto ante todo un desafío al desgobierno de la isla, especialmente admirable en personas que han cumplido condenas o que incluso –como es el caso de Marta Beatriz- se encuentran aún oficialmente bajo sanción penal. Mas, creo debieron evaluar las consecuencias mediáticas que se generarían de sus actos. Si se hubieran limitado a efectuar una votación simbólica sobre el futuro de la nación cubana, habrían ganado por goleada.

La principal ocupación actual del sistema de desinformación de la inteligencia cubana, lo constituye sin lugar a dudas, tratar de ganar de nuevo para “la causa” a la izquierda que se desmarcó de ella a raíz de la última ola represiva. De cabeza trae al “aparato” cubano la chochez del dictador que con cada incontinencia urinaria o ventosidad mal llevada les desbarata los mejores operativos mediáticos y les entorpece la “patriótica” labor de seguir lavando dinero en el extranjero y sacar sigilosamente de la Isla a los miembros de su prole.

Para trabajar con esa izquierda vergonzante no hay nada mejor que el antiamericanismo; “antiimperialismo” en el léxico iconoclasta cubano. Nada más fructífero que situar a los demócratas cubanos bajo la férula del gobierno estadounidense o mejor aún, de su Agencia Central de Inteligencia. Si ellos solos, descuidando la guardia dan pie a ello, ¡mucho mejor!

Ya quedó demostrado por boca de los propios chivatos del gobierno; el principal pretexto para encarcelar a los periodistas fue un seminario organizado en la casa de James Cason ¡a propuesta del principal delator dentro del movimiento de periodistas independientes!, delator que por cierto y según las noticias que tenemos, murió sólo, rodeado de sus medallas y de la mierda de sus numerosos gatos.

No bien circuló la noticia, comenzó la bien engrasada maquinaria mediática castrista a hacer de las suyas. Ahí tenemos las numerosas entradas en Foro Latino, en especial el artículo publicado en la página oficial “Rebelión” por Miguel Padrón y divulgado en cuanto Web de Internet les fue posible, por sólo citar un ejemplo la de las juventudes comunistas mexicanas o el artículo de Patricio Montesinos en la revista digital Cuba Socialista.

Sin embargo estas letras escritas bajo mandato - por lo evidentes - tienen menos eco en la opinión pública que otras supuestamente escritas desde posiciones divergentes con el gobierno de la isla. Las primeras circulan sólo en medios francamente afines al gobierno de Castro y sus autores son los clásicos alabarderos del déspota, a los que en otras oportunidades he llamado por sus nombres; las hetairas de la pluma. El segundo tipo de opinión - supuestamente libre - es con mucho de extremo peligro y a no dudarlo, un verdadero Caballo de Troya de la dictadura cubana.

Es parte de toda una corriente que se desarrolla desde dentro de la Isla y que ha logrado dar al traste con algunas agrupaciones por cuyo peligro real para el sistema fueron dinamitadas desde el interior de sus filas - gracias a la labor de zapa de la seguridad cubana consistente en desacreditar a sus principales dirigentes y llevar a otros hacia posiciones mas “moderadas”- a la larga tan contenidas, que facilitaron la pérdida de sus objetivos como agrupación política y el desmembramiento de muchas de sus delegaciones territoriales. Aunque eso es tema de otro análisis.

Ahora es algo evidentemente mucho peor; bajo el pseudónimo de “Segundo Salvador Cuba” - cabría preguntarse ¿cual es el “primero?” - y por la dirección electrónica rebeldiacubana@yahoo.es , llega un correo electrónico, cuyo contenido en documento adjunto sería importante fuera conocido por los lectores, así como el rostro del eminente patriota que además de redactarlo se publicita con foto propia en las diseminaciones de sus correos. Me limitaré a comentarlo, citando algunos fragmentos, pero repito, sería muy importante que el amable lector analizara por sí mismo el contenido del panfleto en cuestión.

Aurelio Andrés González Blanco, que refiere ser el Coordinador General del Partido Socialista del Pueblo Cubano, con residencia temporal en Santiago de Chile, elabora y difunde el peor documento colaboracionista con la tiranía que oprime al pueblo cubano.

Para ello se sirve de algunos elementos que intentaré relacionar:

Primero- Efectúa referencias históricas, aunque contradictoriamente reconoce que no tiene amplios conocimientos de la Historia de Cuba, pero aclarando que los que posee “son profundos”

Segundo- Utilizando un sistema lógico fruto de sus propias conclusiones hace uso del peor antiamericanismo de opereta para seguidamente definir que el acto de votación simbólica es un ultraje a la nación y al pueblo cubano para seguidamente añorar los tiempos de la guerra de independencia en que habría sido posible aplicar la pena de muerte por ahorcamiento a “los traidores” a los que acusa de anexionistas.

Tercero- Con un vocabulario portador de evidente odio hacia los opositores le pide al gobierno de Cuba y explícitamente al dictador que los encierre al menos por veinte años, para continuar diciendo que en un futuro democrático jamás los querría junto a sí en el parlamento cubano.

Cuarto- Propone todo un decreto, nada más y nada menos que a la firma del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular –seudo parlamento cubano- al que denomina “Ley Baraguá”, para reprimir todo lo que se oponga a los “logros del socialismo” en Cuba.

Este señor, médico de profesión –según creo recordar de algunas de sus entradas en foros y diseminaciones electrónicas en “Cuba Política”- y que gusta repartir sus correos con una foto propia, sólo puede responder a dos clasificaciones posibles.

O es uno de los clásicos adoctrinados ideológicos del sistema – casi siempre incluso con una deficiente base teórica de la propia doctrina política que dicen sostener- o es un colaborador evidente del régimen... incluso ambas a la vez.

Pero vamos a ver, ¿de qué soberanía nacional está hablando?. ¿Puede alguien creer que el pueblo de Cuba es soberano?

La soberanía señor, si no radica en el pueblo, -vale decir en el conjunto de la población que habita determinadas fronteras nacionales- no es tal. No es suficiente que un gobierno tiránico pueda decidir o no sobre su política interior o exterior, eso no califica a la nación como soberana, todo lo más califica como soberano al gobierno y sobre todo en última instancia al tirano, al que por cierto en los manuales de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana le confieren la calidad de fuente viva de derecho a través de su palabra.

Si lo que defiende usted es la calidad de soberano de un gobierno despótico al margen del derecho, entonces tiene usted toda la razón. Si defiende usted el derecho de un gobierno a saltarse incluso sus propias leyes totalitarias cuando estas se transforman en camisa de fuerza para la voluntad “soberana” del jefe de estado y supremo legislador, entonces lleva usted toda la sabiduría del mundo en sus palabras.

Pero si cuando en 1976 – y hasta 1992- ese jefe de estado y supremo legislador impuso voluntariamente en la constitución cubana una referencia de subordinación a una nación extranjera y hasta el ejército cubano comenzó a gritar ¡Hurra! en la plaza cívica, supiera que ud. protestó irritadamente contra ello, entendería su posición actual.

Un peligro llevan hoy en día algunas agrupaciones socialistas en Cuba –por lo visto también en el extranjero- y es que mimetizándose tras la supuesta idea socialista, pueda el comunismo más ortodoxo lograr un continuismo al sistema.

Es conocida la vieja práctica del comunismo en Cuba de cambiar de nombre y “compañeros de viaje”, es necesario alertar contra ello.

Tras las palabras “soberanía nacional”, las historietas mal contadas de la historia patria -por cierto le recomiendo profundizar en nuestra historia, la real no sólo la del manual de Historia de Cuba del MINFAR- y las supuestas “actitudes moderadas” se esconden demasiadas cosas, que por conocidas no podemos dejar pasar.

Es evidente que la “transición” no sólo se está preparando desde las filas disidentes, los mecanismos totalitarios están preparando su trasmutación y ello pasa por crearse su propia oposición, es ya demasiado evidente; desde biografías falsificadas de “opositores de toda la vida” hasta “demócratas moderados” que sin embargo a las primeras de cambio le hacen el juego a la dictadura y piden cárcel cuando no sangre para personas que -aunque como todos los seres humanos puedan errar- tienen mayor carga de civismo, mas años dejados en la lucha y mucho mayor prestigio que el que Ud. pueda alegar nunca.

En cuanto a que llegue Ud. al parlamento cubano, no lo dudo bajo la actual situación del país, en condiciones de democracia me tendrá siempre aireando a la luz pública la prueba de su servilismo, que evidentemente es mucho mayor que el que atribuye a otras personas

Ya que es tan dado a buscar frases de nuestros patriotas le animo a que encuentre aquella en la que Martí se refiere a la apostasía, sobre todo a la que sirve al tirano, preferimos señor a los contrarios que se reconocen como tal, no a los que trabajan en la sombra, esos dan asco y suelen terminar como ya hemos dicho; rodeados de medallas y de la porquería de sus gatos.