M.C.U.D.

 

MOVIMIENTO CUBANO UNIDAD DEMOCRÁTICA

"Trabajando juntos por Cuba Libre"

 
M.C.U.D.
QUIENES SOMOS
OBJETIVOS
INFO CUBA
OPOSICION
DOCUMENTOS
CUBA EN FOTOS
ARCHIVOS
EVENTOS
DONACIONES
ENLACES

 

 
 
Artículos


Zapatero y la izquierda moribunda
Por: Orlando Fondevila

Los peores presagios se van confirmando. El Gobierno socialista de España se desliza cada vez más por la pendiente del radicalismo de la izquierda más sectaria. Cada vez es mayor la evidencia de que Zapatero y el equipo que le acompaña en el Gobierno representan una especie de retorno al prístino PSOE, al del marxismo de su fundador Pablo Iglesias y al de los tiempos tenebrosos de Largo Caballero (el Lenin español) y Negrín. Este PSOE que gobierna hoy en España con los apoyos de la izquierda estalinista de Llamazares y con los marxistas de Izquierda Republicana de Cataluña no es el mismo PSOE que con Felipe González a la cabeza gobernó a España durante 13 largos años, después de haber renunciado al marxismo en el congreso de Suresne. Aquel PSOE, con sus luces y sus sombras, con su desmandada corrupción, representaba una izquierda socialdemócrata pragmática y sensata. Este PSOE que hoy se encuentra al frente de España -y sus aliados de gobierno- asume posiciones, tanto en la política interna como en la exterior ciertamente alejadas de la socialdemocracia europea y peligrosamente arrimadas a la izquierda más reaccionaria, dogmática y antiamericana.

Por supuesto que los primeros en sufrir las consecuencias de esta sectaria deriva serán los españoles. Y por supuesto que, afortunadamente, España se halla en Europa y es un país del primer mundo. Por suerte. Si no fuera así, si España estuviera en Latinoamérica, tal vez estaríamos en presencia de un gobierno a lo Chávez o a lo Kirchner. No obstante, el radicalismo cínico y frío que esconde Zapatero detrás de su sonrisa y de sus ademanes asustados puede causar mucho daño. En lo que a nosotros los cubanos nos interesa, que no es otra cosa que el cambio hacia la libertad y la democracia en Cuba, Zapatero viene a introducir un elemento perturbador en nuestra lucha, justamente cuando el régimen castrista en sí mismo, y el propio dictador, se hallan en un estado de decrepitud terminal.

Hablando en plata, nada podemos esperar los demócratas cubanos hoy por hoy de España. La España de Zapatero es cómplice del tirano, aunque se pretenda disfrazar con discursos tramposos. Como tantas veces hemos afirmado en los últimos meses, el corazoncito extremista de izquierda de quienes hoy gobiernan en España, tal vez impedido de realizarse plenamente en el contexto político en el que actúa, se proyecta perversamente apoyando aquellos escenarios en que sus latidos son posibles, la Cuba de Castro y la Venezuela de Chávez. Sin embargo, puede que finalmente nos beneficie, al menos en clarificar para muchos quiénes son nuestros verdaderos aliados y hacia dónde debemos dirigir nuestras miradas y nuestras esperanzas y hacia cuáles deben ser nuestros modelos. Ahora, en perfecta maniobra sincronizada, los gobiernos de Zapatero y de Castro se disponen a un trueque infame. Algunos presos serán liberados y, a cambio, España cerrará los ojos a la brutalidad totalitaria del régimen e intentará adormecer a Europa. Se harán la foto y después a lo suyo, los negocios y el respaldo disimulado. Nos alegraremos justamente por los afortunados que sean liberados, pero tendremos que continuar nuestra pelea por quienes permanezcan en las mazmorras y por los 11 millones de cubanos candidatos a ellas.

La España sin identidad y desorientada de Zapatero, la empobrecida y sufrida Venezuela de Chávez, la Argentina infeliz de Kirchner no podrán salvar a Castro. La ola de populismo izquierdista que hoy asola a España y buena parte de América Latina no es más que una expresión del estertor o el pataleo de una izquierda caduca y desorientada. No es un renacer, sino un suspiro agónico. El imperio del mal que dijera Reagan sucumbió. El terrorismo y su aliado liberticida, esta zafia izquierda, aunque a muchos pueda parecerles lo contrario, muestran los espumarajos de la muerte.

Nosotros los cubanos a lo nuestro. A no desmayar en nuestra lucha. Créanme que la libertad está cerca.