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Artículos
Estados Unidos y Cuba: Ya es hora de plasmar una política efectiva.
Por: Alberto Luzárraga
Fuente: www.futurodecuba.org
Cuba es la única tiranía del continente americano y Castro es el tirano
más antiguo del mundo. Es bastante para sustentar el aserto de que la
política aplicada al caso de Cuba tiene muchas carencias.
Hablando en términos muy prácticos: Una política inteligente es una que
satisfaga los intereses nacionales de Estados Unidos y los del oprimido
pueblo de Cuba. Si la política fuese contra la percepción americana de
sus intereses no será ni siquiera considerada no obstante los clamores
del exilio y el pueblo de Cuba. Los Estados Unidos como todos los países
van a sus intereses y una de las notas constantes de este gran país es
su vocación utilitaria. Si funciona hazlo. La versión cubana es: hay que
resolver. Por eso a nivel personal los cubanos y los americanos se
entienden bien.
La idea utilitaria es la causa de la mala política y la confusión
respecto a Cuba pero puede ser también la causa de una buena política.
Para mejorar, la política americana tiene que hacer un viraje ideológico
de 180 grados y convencerse de que:
Cuba no es un problema que hay que contener, Cuba es una oportunidad que
hay que desarrollar.
Hay otra consideración muy importante. En este gran país siempre han
tenido un lugar relevante los principios y el básico es la defensa de la
libertad. Para Estados Unidos la libertad de Cuba debe ser una causa
justa y en parte debida (los cubanos también tenemos responsabilidades)
porque la abandonada y por ello fracasada invasión de Bahía de Cochinos
validó a Castro como líder 'invencible' mientras que el pacto Kennedy-Khruschev
lo consolidó e hizo intocable. Es mayormente por esto que Cuba es aún
una dictadura.
La idea de la contención es un rezago de la guerra fría que ha
engendrado dos hijos ilegítimos: el acuerdo migratorio con la lotería de
visas, y las remesas familiares. Ambas están encaminadas a mantener el
asunto cubano 'tranquilo' proveyendo una válvula de escape y un medio de
subsistir malamente. Como es de esperarse Castro las recibe con gusto.
Desde el punto de vista de la burocracia americana la idea es utilitaria:
'No queremos una explosión social ni una invasión de balseros. Una
inmigración controlada es lo correcto'. Como país, no hay duda de que
Estados Unidos tiene el derecho de controlar sus fronteras. En la
situación actual de lucha antiterrorista ello es aún más evidente.
Lo que no es evidente ni racional es que la política actual vaya a
producir el resultado apetecido que según nos dicen es una 'transición
pacífica a la libertad.' No lo es porque existe un tercer hijo ilegítimo
en estado de gestación que se llama neo-dictadura caribeña. Ese hijo
tiene varias comadronas que se preparan a traerlo al mundo. Se trata de
los inversionistas extranjeros asociados a Castro que, unidos a ciertos
elementos del mundo de negocios americano aspiran a invertir en una Cuba
sumisa proveyendo al desarrollo y nutrición del tercer hijo ilegítimo.
Vivirían muy a gusto con una versión 'democratizada' del sistema
castrista, donde coparían ciertos sectores de la economía asociados con
lo peor y no lo mejor de Cuba. La cúpula cubana militar/empresarial
aspira a imitar a Rusia donde sobrevivió buena parte del aparato opresor
que ahora es 'empresarial' y rico. Este diseño procuraría lo mismo para
Cuba, es decir, una democracia cosmética, con bajos salarios y amplia
mano de obra. Rusia es una potencia nuclear, que produce grandes
cantidades de gas y petróleo, y los Estados Unidos no pueden hacer mucho
en cuanto al desarrollo de la democracia en Rusia. Pero ello es
precisamente el punto. Son diferentes países, continentes y
circunstancias. Lo que no es posible en Rusia es posible en Cuba.
'Se mantiene el orden, se mejora el nivel de vida, se evita la
inmigración masiva, vendemos de todo' es el lema de ventas de esta
facción. Pero, ¿es realmente posible o se trata de una ilusión?
Es simplemente una ilusión que una parte de la burocracia federal,
aferrada a la idea de la contención, no consigue captar. Dijimos antes
que las condiciones respecto a Rusia son diferentes Los cubanos tienen
su cuota de defectos pero no son ni tontos ni perezosos. Lo han
demostrado en la emigración. Hay suficiente masa crítica dentro y fuera
de la isla para denunciar y dar al traste con ese intento, que será
inoperante de inicio porque sólo creará más inestabilidad. La
inestabilidad impedirá el desarrollo económico necesario para crear
empleo y evitar la emigración temida.
Veamos. Si la lucha política en la isla se enciende de nuevo ¿que
acontecería?
El estado de derecho no surgiría, la inversión se retraería, no se
crearían empleos y el problema temido tomaría proporciones serias. Peor
aún, sin trabajo los elementos delincuenciales florecerían y el tráfico
de estupefacientes encontraría una nueva ruta
La contención no es más que una idea de la guerra fría. Antigua, mala,
desgastada y carente de visión a largo plazo.
Por el contrario, Cuba como oportunidad que hay que desarrollar, es una
idea americana, optimista y exitosa si se ejecuta bien, es decir con
vistas a promover el resurgimiento de Cuba como un vecino económica y
políticamente sano. Todos ganarían porque hay ciertas verdades evidentes
que no se pueden soslayar.
La Florida es un grande y próspero estado de la unión. Sin embargo Cuba
tiene mejores playas, tierras más fértiles, mejores puertos, más
historia, mejor clima, y un gran activo en su población exiliada y en la
radicada en la isla. El desarrollo posible en maquila, frutos y
vegetales de invierno, cítricos, turismo, atención médica, servicios de
computación, construcción y venta de viviendas para retirados y otros,
industria ligera, zona franca, por mencionar sólo unos cuantos renglones,
es enorme. La Florida cuenta con una importante población cubano
americana interesada en el futuro de una Cuba próspera y acogedora a sus
negocios. En todo ello pudiera participar no sólo el estado de la
Florida, que vería en Cuba un complemento y extensión de sus actividades,
sino todo el país. Cuba está a 90 millas de la mayor concentración
demográfica de Estados Unidos: la costa este.
Pero todo esto requiere un verdadero estado de derecho y no una
pantomima. Ese estado de derecho implica jueces no corruptos y
competentes, leyes comerciales y patrimoniales inteligentes , un
congreso electo que las dicte, un tribunal constitucional que vele por
los derechos ciudadanos, un tribunal de cuentas que vele por la
honestidad administrativa y en fin todo el aparato administrativo y
legal inherente a un país civilizado.
Pensar que el equipo que produjo la barbarie por 44 años va producir la
civilización es un absurdo. La idea exitosa y americana requiere sentido
común y utilizar la vocación utilitaria de este pueblo. Cuando en
Estados Unidos se produce la quiebra de un negocio bueno provocada por
un mal equipo administrativo, se cambia el equipo, se venden activos, se
buscan nuevas ideas
Cuba puede ser una gran fuente de riquezas para su pueblo y para los que
quieran operar en ella ateniéndose a leyes razonables y justas. Es lo
único que contribuiría a la seguridad de los Estados Unidos y eliminaría
otro problema migratorio. Los países prósperos y cercanos son los buenos
vecinos. Los misérrimos manejados por déspotas o 'demócratas' corruptos
y de pantomima de solo producen problemas.
Ha llegado el momento de cambiar de política. Castro ha decidido
pelearse con el mundo y sumirse en su mundo ilusorio. En el exterior ya
no tiene la imagen que cultivó de romántico 'defensor del pueblo'. Hoy
en día en Europa (su principal socio económico) se le ve más y más como
un anacronismo sanguinario.
¿Cómo cambiar de política? Sabemos que existen muchos problemas, que los
Estados Unidos están enfrascados en una dura lucha, y que otras se
vislumbran. Pero las cosas vienen cuando vienen y en el caso cubano ya
llueve sobre mojado y el desenlace de la crisis se acelera. Para
producir un cambio útil que lleve a un nuevo equipo, honesto y
democrático, al poder en Cuba la administración debe hacer lo que sin
duda no se le escapa: enfrentar el presente con sentido común y planear
el futuro de su relación con Cuba.
Lo que sigue sería efectivo, y rompería la atadura a la política de
contención. Entendemos que en el complicado momento actual la aplicación
de las medidas más conflictivas tendrían necesariamente que depender de
circunstancias cuyo análisis corresponde al poder ejecutivo, pues no hay
duda de que su tiempo y recursos están en gran demanda:
· Decir la verdad en forma sistemática, persistente y clara. Castro es
una afrenta a los principios americanos y un anacronismo en este
continente. Si Saddam se tuvo que marchar, si el dictador de Liberia se
tiene que marchar, si a la dictadura haitiana y al apartheid se le
exigió que desaparecieran; Castro ahora ocupado en desestabilizar a
Venezuela, también debe desaparecer y su equipo con él. Es preciso
repetirlo 'ad nauseam'. Se debe explicar a América Latina que una vez
liquidado el régimen castrista los Estados Unidos ayudarán a estabilizar
la situación simplemente porque ello es un tema de interés nacional. No
se trata de intervenir ni de ocupar, se trata de ayudar a los cubanos a
salir de 44 años de horror. La ambivalencia latinoamericana con respecto
a Cuba es hijastra de la política de contención. Se dicen: 'Si Estados
Unidos tolera a Castro nosotros, 'neutrales.' Una política firme,
generosa y sensata sólo será criticada por los enemigos de siempre.
· Pedir que Castro y su equipo se marchen no significa una amenaza de
acción militar. Desde un punto de vista americano invadir a Cuba no
estaría justificado a no ser que los Estados Unidos vieran que peligra
un interés nacional. Significa una declaración de principios, un rechazo
a la gestación del tercer hijo ilegítimo una esperanza a los cubanos
capacitados y de buena ley. Y el anuncio al mundo de que Cuba irá por el
buen camino con la ayuda de Estados Unidos.
· Esa acción sería un cañonazo psicológico de gran calibre. Aplicado en
un momento propicio (tema a decidir), haría que se acelerase el proceso
de descomposición interna, y que cobrasen importancia los elementos que
ya hartos del castrismo exigen un cambio a fondo y no una transición
cosmética.
· Debe anunciarse que se suspende el acuerdo migratorio y los viajes de
cubano-americanos a no ser que se demuestre son indispensables por causa
grave de enfermedad etc. Es un derecho de la nación pues no está
obligada a recibir a nadie ni a abrir sus fronteras a países hostiles
que se dedican a espiar Castro será advertido otra vez que un nuevo
Mariel sería visto como un acto de guerra. Tal vez Castro lo intentaría
pero ¿le obedecerían sus secuaces hasta el final si esto produce una
crisis? Estados Unidos tiene la posibilidad de multitud de respuestas a
una acción de este tipo que no serían necesariamente extremas pero sí
efectivas. Probablemente sería el fin del régimen.
· El tema remesas se pondría bajo estudio a fin de crear un sistema de
licencias que asegure se dedica a fines exclusivamente humanitarios
controlándose así lo que ya constituye un enorme subsidio a una
dictadura que extorsiona a los cubano-americanos en muchas formas. Ya es
hora de terminar los pagos al Kim Il Sung del Caribe.
· Al mismo tiempo es preciso ocuparse del futuro. Como ha demostrado la
reciente guerra en Irak, el éxito no se improvisa. Las cosas se
examinaron a fondo y la única parte del plan que enfrentó problemas fue
el aspecto civil y la lustración de elementos del partido Baath del
gobierno, debido a la falta de intervención de iraquíes experimentados.
Según un artículo por Melanie Kirkpatrick en el Wall Street Journal de
Agosto 5 este asunto estaba dentro de los planes del Pentágono pero
resultó víctima de querellas administrativas y tuvo que ser revivido una
vez que se mostró su urgente necesidad.
· La administración debe comenzar un estudio sistemático del futuro
cubano. Debe hacerse por un equipo de base con mayoría de cubano
americanos. Deben ser reclutados profesionales con experiencia probada
que saben obtener resultados. Se trata de ir a lo práctico, a cosas que
son factibles y utilizar cuando fuere necesario los conocimientos de
expertos de cualquier nacionalidad que serian remunerados a precios de
mercado. El equipo base se dedicaría a esta labor tiempo completo y no
ocasionalmente. Ese equipo debe estudiar los problemas que enfrentará
Cuba y presentar diferentes alternativas para su solución por un futuro
gobierno. No cabe simplemente hacer ensayos 'ad hoc' de contenido
puramente teórico.
· Hay muchos cubanos exitosos en todas las ramas del saber que estarían
dispuestos a unirse a un esfuerzo serio, con desprendimiento. Deberían
hacerlo, siempre que les sea posible, sin remuneración y con simple
reembolso de gastos. .Otra posibilidad sería solicitar aportaciones de
horas del tiempo de los cubanos que formarían el equipo tiempo completo
o colaborarían según se les pida. Sin desprendimiento no hay patriotismo.
Debe haberlo y cada cual debería contribuir en la medida de sus
posibilidades. No es imposible que algunos obtengan un sabattical de sus
empleadores. Sería ideal contar con algunos 'one dollar a year men' como
existieron en Estados Unidos durante la segunda guerra mundial.
· Otra buena medida sería solicitar contribuciones del exilio para este
esfuerzo con 'matching funds' federales dándole así un contenido popular
al esfuerzo.
· Diseminar la información. Los fondos dedicados a Radio y TV Martí
deben ser utilizados en forma más eficiente. Pudieran aumentarse para
financiar el esfuerzo de estudio y proveer información. El pueblo de
Cuba debe de ser informado de lo que está ocurriendo y se deben discutir
los trabajos del equipo de estudio en una forma transparente para evitar
las teorías conspirativas. Es preciso explicar que no se trata de un
grupo 'secreto' que prepara un 'plan de gobierno' para un grupo pre-seleccionado.
Se trata de crear un grupo hombres de buena fe que vayan pensando en el
futuro y preparando ideas que podrían ser de utilidad a un nuevo
gobierno que será seleccionado por los cubanos.
· Obviamente las ideas generadas crearán debate y acusaciones de todo
tipo por los castristas y sus adeptos en Estados Unidos pero de eso se
trata, de hacer las cosas transparente y democráticamente y de ayudar a
pensar. Si el caso de Cuba se debate a fondo, mejor. El debate con los
apologistas americanos del régimen es bienvenido. Defienden falacias. Es
fácil probar que son falaces y que el resto es transparentemente
interesado.
Los Estados Unidos han llegado a la conclusión correcta de que Irak no
se arregla sin acabar con el equipo de Hussein y su partido Baath. Para
hacerlo se emplearon ideas nuevas. En el continente americano no
queremos menos. Ya es hora de dejarnos de políticas de pies secos y pies
mojados y de distinciones legalistas y burocráticas que sólo producen
tensiones y absurdos, como la negociación de sentencias con una tiranía
execrable. La solución es entender que todo tiene su momento y el de
Cuba llegó. Se ha pospuesto muchas veces la solución porque había 'otras
cosas pendientes.' Es lo que dicen siempre los que tienen la política de
posponerlo todo y acaban con los problemas en el regazo. Además, el
problema es más simple de lo que parece. El castrismo es un edifico
carcomido que sólo precisa un empujón para derribarse. Mejor darlo y
planearlo, que recibir los escombros del derrumbe. Esa es una política
inteligente y constructiva. Hemos sufrido maniobras constantes de
congresistas y hombres de negocios sin pudor que hacen caso omiso de los
abusos de una tiranía y nos hacen perder el tiempo (y también a la
administración) contestando una retórica inútil, absurda y
transparentemente interesada. Es un camino que no resuelve problemas, no
crea lealtades, y no aumenta el prestigio de Estados Unidos. Ya es hora
de tomar otro y poner en práctica ideas nuevas y más audaces.
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