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Artículos
Posted on Sat, Apr. 12, 2003
Cadena perpetua y pena de muerte en Cuba
OSWALDO PAYA
elnuevoherald.com
La Habana -- El gobierno cubano ha encarcelado a cerca de ochenta
defensores de los derechos humanos y periodistas independientes en una
operación represiva de proporciones nacionales. Un día antes de comenzar
los bombardeos a Irak, el gobierno lanzaba una operación de terror que
incluye los allanamientos y registros durante muchas horas de los
hogares de los pacíficos disidentes. Niños, mujeres y ancianos
confinados en sus asientos mientras grupos de una o dos decenas de
agentes saqueaban sus casas. Los agentes no dejan un sólo rincón de la
intimidad de los hogares sin violar, desde las cartas personales y fotos
familiares hasta los recuerdos de familia y todos los libros. Objetivo:
el ultraje.
¿Dónde están las balas, los explosivos, los planes subversivos, los
mapas de espionaje o las informaciones clasificadas, un plan de
secuestro o de terrorismo, dónde una petición de intervención, dónde se
ha descubierto una conspiración con el llamado enemigo del norte, dónde
una palabra de odio o una ofensa escrita? No encontraron nada de eso. ¿Qué
encontraron? Algunas computadoras personales, algún equipo de fax,
caricaturas de creadores independientes, libros prohibidos, documentos
sobre el trabajo y la organización de las organizaciones pacíficas, es
decir, listas de miembros, planes y recibos de ayuda humanitaria,
artículos de prensa, proyectos e ideas sobre los cambios pacíficos y,
sobre todo, muchas boletas del Proyecto Varela firmadas por ciudadanos
que, apoyados en la constitución, están pidiendo un referendo para
lograr los derechos fundamentales.
Quiénes son los detenidos: líderes que promueven el sindicalismo libre,
intelectuales que se atreven a decir lo que piensan y producen ideas
libres, periodistas independientes, líderes de organizaciones que
promueven los cambios pacíficos hacia la democracia y defienden los
derechos humanos.
Son más de setenta, entre éstos la casi totalidad de la dirección del
Movimiento Cristiano Liberación y cuarenta y dos activistas o
coordinadores del Proyecto Varela. Hay que sumar once activistas de este
proyecto que habían sido encarcelados en las semanas recientes. La
mayoría de los detenidos son activistas o coordinadores del Proyecto
Varela. Este proyecto ha sido apoyado por decenas de miles de ciudadanos.
Es obvio que una de las causas de esta asonada de terror es el auge del
Proyecto Varela entre los ciudadanos. Es esta pérdida del miedo la que
hace reaccionar con pánico al régimen. También de esta manera pretenden
deshacerse de relevantes figuras del periodismo y de la disidencia y
desarticular todo el movimiento cívico dentro de Cuba.
Apenas una semana después comenzaron los juicios, calificados por los
instructores policiales de sumarísimos. Ninguno de los enjuiciados ha
tenido las garantías de un debido proceso. Muchos se enteraron de la
fecha del juicio menos de veinticuatro horas antes. Los abogados no
pudieron en su mayoría preparar una buena defensa. Se prohibió la
entrada a los juicios a los amigos, a la prensa y a los diplomáticos.
Sólo entraron uno o dos familiares cercanos al acusado, los testigos de
la fiscalía y un público selecto que consistía en agentes del gobierno.
Un gran despliegue de agentes de la Seguridad del Estado impedía que nos
acercáramos, los que apoyábamos a nuestros hermanos injustamente
juzgados, a los edificios de los tribunales. Se celebraron decenas de
juicios simultáneamente en toda Cuba.
Centro de las acusaciones: supuesta conspiración para anexar Cuba a los
Estados Unidos, provocar la intervención armada de esa potencia en Cuba
o derrocar al régimen establecido.
Elementos que presentó la fiscalía: testigos que difamaron sobre la
moral y la conducta de los acusados, es decir, delatores, que no faltan
en las tiranías. Agentes infiltrados como espías entre la disidencia,
que ratificaron las ideas y expresiones que los acusados siempre han
hecho públicamente. Además, los trofeos encontrados en los
registros-saqueos realizados en las viviendas. Por último una verborrea
fanática, servilista, inconsistente y mentirosa. Muchas afirmaciones
sobre supuesta comisión de esos delitos, pero ninguna descripción sobre
cómo se cometieron.
Hechos comprobados y pruebas relacionadas con estas acusaciones
presentadas: ninguno.
Sentencias pedidas por la fiscalía: doce años, quince años, dieciocho
años, veinte años, veinticinco años, treinta años de prisión, para la
mayoría, y cadenas perpetuas para más de una docena de los acusados.
Ninguno de los acusados podrá hablar por radio y televisión, a no ser
que el sistema de terror lo reduzca sicológicamente para manipularlo. Ni
aun así dejarían de tener valor y ser dignos de respeto y admiración, ya
que su sacrificio por el pueblo los lleva a ese inmenso riesgo de caer
en las manos satánicas de sus verdugos, en total indefensión.
Digo esto porque algunos de los acusados, después de varios días
confinados en las terroríficas celdas de la Seguridad del Estado, en
total indefensión, se han retractado de sus posiciones, en los juicios
celebrados. Todo hombre tiene límites para soportar el terror y la
tortura sicológica, las amenazas y otros tipos de tortura; esto puede
variar de una persona a otra. Pero en este caso lo que no varía es el
valor de la causa que defendían todos, la de los derechos de las
personas.
Esta situación creada en Cuba, dentro del estilo represivo de este
régimen, es sumamente grave y peligrosa. Las detenciones y los juicios
son totalmente arbitrarios, injustos e ilegales. Pero la dimensiones
jurásicas de las condenas pedidas, la descarga de odio contra la
disidencia pacífica y la campaña nacional de represión evocan otras
situaciones en las que los opositores, miles de ciudadanos, han sido
encarcelados en situación de verdaderos rehenes. No es una exageración.
Estas condenas de cadena perpetua son una amenaza de muerte para todos
los opositores pacíficos cubanos. Lo que ocurre es que cuando se trata
de Cuba, los condicionamientos políticos e ideológicos y las imágenes
estratificadas de la supuesta isla de la libertad enfrentada al gigante
del norte, impiden a algunos ver a once millones de seres humanos
sometidos a un régimen de no derecho por una oligarquía que, como todas,
defiende sus privilegios.
Denunciamos este atentado contra la opción pacífica como vía para lograr
el inevitable y justo cambio en nuestro país. Ahora que tantas voces se
levantan contra la guerra, que nadie quiere, que una vez más nuestro
pueblo no sea víctima del olvido y de la hemiplejia moral, quedando solo
y recibiendo el silencio de los que en el mundo gritan por otras causas.
Esperamos ahora la solidaridad sostenida por la liberación de los
prisioneros de la primavera de Cuba.
Esta ola represiva es un intento definitivo por aniquilar el camino
pacífico para el cambio y prepara al país para la confrontación y el
caos, como si ésta fuera la única alternativa a este orden sin derechos.
Esto se expresa en su consigna de ''socialismo o muerte''. Algo que
debería ofender a los socialistas. Pero también es una sentencia de
muerte. Los cubanos no queremos apoyo para hacer la guerra, ni el apoyo
de la guerra, ni de intervenciones para lograr la democracia. Pero sí la
solidaridad mundial para que no aplasten a los que construyen la paz y
son los primeros en transitar el camino de la paz hacia la
reconciliación y los derechos.
Al terminar este artículo me informan que el fiscal del Tribunal de
Santiago de Cuba ha pedido la pena de muerte para José Daniel Ferrer
García, el líder del Movimiento Cristiano Liberación en esa provincia.
Sus acciones han sido todas pacíficas y sin ofensas, sólo ha trabajado
intensamente en el Proyecto Varela. Hacemos un llamado urgente a todas
las personas de buena voluntad para que levanten su voz para salvar la
vida de este pacifista.
Presidente del Movimiento Cristiano Liberación en Cuba y promotor del
Proyecto Varela.
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